Princesa de Asturias para Carlos Sainz

El ¡®Princesa de Asturias¡¯ recae de nuevo en un espa?ol, en esta ocasi¨®n Carlos Sainz. Desde que lo gan¨® G¨®mez Noya en 2016 se hab¨ªa tendido a evitar un exceso de localismo en el premio, que amenazaba con quedarse en reconocimiento al mejor espa?ol del momento. Ya la cuarta edici¨®n la gan¨® Sito Pons, algo que a la luz del tiempo se ve muy inapropiado. A Fernando Alonso se le concedi¨® antes incluso de ganar su primer Mundial, quiz¨¢ porque la presi¨®n de la calle en Oviedo no dej¨® razonar con serenidad. Al gran nivel del deporte espa?ol se un¨ªa adem¨¢s que extranjeros notables como Lewis, Navratilova o Armstrong no acudieron a recogerlo.

En los tres ¨²ltimos a?os se trat¨® de recalcar la vocaci¨®n universal del premio con ganadores for¨¢neos: los All Blacks, los alpinistas Messner y Wielicki y la esquiadora Lindsey Vonn. Pero ahora regresa a Espa?a en la persona de Carlos Sainz y no puede haber objeci¨®n. Es una figura perseverante de un deporte de implantaci¨®n universal en el que ha encadenado dos carreras sucesivas, cualquiera de las cuales le avala por s¨ª sola. Primero en el Mundial de Rallys, que gan¨® dos veces y otras cinco fue subcampe¨®n, y despu¨¦s de un amago de retirada (¡°no he ense?ado a mi hija a montar en bici¡±) se lanz¨® a la fascinante aventura del Dakar.

Y lo ha ganado tres veces, la ¨²ltima este mismo a?o, con 57 tacos de calendario ya pesando en sus huesos. Su gesta es todo un elogio al deporte, como lo es su conducta personal, sin tacha. Por si eso fuera poco, es cabeza de dinast¨ªa, pues su hijo brilla en la F¨®rmula 1. Esta es una decisi¨®n que prestigia un premio que resulta inevitable que caiga con frecuencia en Espa?a, por la categor¨ªa colosal de nuestros deportistas. Pero lo celebro sobre todo por ¨¦l. Hubo una fea moda de tildarle de saco de la mala suerte. En su d¨ªa eso le doli¨®. Ahora se ve compensado de cualquier sinsabor con este reconocimiento colosal y merecido a su trayectoria.