No es vida
Est¨¢ por saber hasta d¨®nde ha retrocedido el f¨²tbol y el papel que va a jugar otra vez en nuestras vidas. Tambi¨¦n est¨¢ por ver hasta d¨®nde hemos retrocedido nosotros. Para empezar, yo a¨²n no he llamado para solicitar a la operadora de televisi¨®n que me d¨¦ otra vez de alta en los canales de Liga y Champions. Por ahora, nos estamos peleando para que me devuelva la pasta que no ha dejado de cobrarme por no emitir partidos. Es dif¨ªcil volver a ser una persona de acci¨®n cuando durante tanto tiempo buena parte de tus actos comunes, si quitamos lavarse las manos, estuvieron prohibidas.
Tal vez los estropicios de la vida dom¨¦stica llevada al extremo est¨¢n a¨²n por descubrir. Es como si no supieses si te va a gustar el f¨²tbol en la medida, un poco delirante, que te gustaba antes. No es que en este tiempo hayan cambiado tus preferencias, que quiz¨¢s s¨ª. Sobre todo, las desconoces. Antes cre¨ªas que no hab¨ªa nada m¨¢s entretenido en televisi¨®n que el f¨²tbol, y ahora no te extra?ar¨ªa preferir un reportaje sobre el cocodrilo o la nutria de Valladolid. A estas alturas te parece que nada es seguro, como en aquel relato de C?rt?rescu en el que un alumno defend¨ªa con tanta firmeza que dos y dos eran cinco que el profesor sal¨ªa corriendo a su despacho para verificarlo en el manual.
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Cualquier cosa que pase en esta jornada despu¨¦s del confinamiento producir¨¢ sensaci¨®n de irrealidad. Nos parecer¨¢ incre¨ªble que todo siga tal cual lo dejamos, siguiendo la l¨®gica del bot¨®n pause, que simplemente congela el curso de la pel¨ªcula, o la m¨²sica, y al pulsar play se descongela con naturalidad, como si nada. Nos parecer¨¢ tambi¨¦n incre¨ªble que las cosas vayan a ser distintas. Todo producir¨¢ sensaci¨®n de irrealidad, agrandada porque algunas cosas no las hab¨ªamos visto nunca, como el f¨²tbol a puerta cerrada, anodino al o¨ªdo y un poco a la vista. Lo bueno es que la irrealidad, apenas te acostumbras, se vuelve realidad, como cuando nos hicimos a la idea de que vivir sin salir de casa era vida.