El sonido de la verdad
Ambiente Playstation. Hay que empezar por festejar la vuelta del campeonato y valorar el esfuerzo de todos los actores implicados que permiten que el deporte profesional, al menos el f¨²tbol y el baloncesto, ya tengan fechas para acabar sus competiciones. Por el camino, aunque parezca menos, resulta importante el debate sobre el tipo de sonido ambiente que deber¨ªa acompa?ar a la retransmisi¨®n de la vuelta de LaLiga cuando los estadios se queden sin el alma de los aficionados. M¨¢s all¨¢ de los resultados que arrojen las encuestas o ¡°focus groups¡± que haga LaLiga entiendo a los que abogan porque el ambiente suene como el de los videojuegos. Hay casi una obsesi¨®n desde todas las grandes competiciones en el mundo por acercarse al p¨²blico joven y por encontrar elementos de conexi¨®n, m¨¢s all¨¢ de los futbolistas, con las generaciones nuevas.
Mucho m¨¢s realista. Seguramente, por la generaci¨®n a la que pertenezco, lo del sonido enlatado recuerda m¨¢s a la pel¨ªcula Evasi¨®n o Victoria, donde el oficial alem¨¢n recurr¨ªa a subir el volumen para distorsionar el sonido de los festejos en los goles de su equipo. En cualquier caso, no hay ning¨²n sonido que apetezca m¨¢s escuchar, en todo este ambiente de excepcionalidad que vivimos, que el sonido de la verdad. El del golpeo del bal¨®n, el de las conversaciones entre rivales, las discusiones entre compa?eros, las protestas a los ¨¢rbitros y las declaraciones en caliente¡ vamos, lo que es el f¨²tbol en estado puro.
Un ejercicio necesario. Ahora que todo lo que nos rodea es impostado, o como dicen los modernos ¡°fake¡±, es importante elevarse un poco y entender que es preferible acercarse todo lo que se pueda a lo aut¨¦ntico. Cuanto m¨¢s se edulcoran los sonidos, las entrevistas o cualquier otra situaci¨®n que tenga que ver con lo que es espont¨¢neo y verdadero, mayor da?o se le est¨¢ haciendo al deporte. Adem¨¢s, la verdad ayudar¨ªa a conseguir la necesaria desdramatizaci¨®n de todo lo que rodea al mundo del f¨²tbol. La pasi¨®n es necesaria y, ya que van a faltar los sentimientos de los aficionados en las plateas, convendr¨ªa ponerle la mayor dosis de realismo a lo que ocurre sobre el c¨¦sped en el espect¨¢culo televisivo (el ¨²nico posible por ahora). Necesitamos rodearnos de la parte aut¨¦ntica del f¨²tbol, para intentar desdramatizar la pol¨¦mica y, por ende, la polarizaci¨®n. Bastante bochorno estamos sufriendo en la pol¨ªtica. La verdad siempre sonar¨¢ mejor que la propaganda.