Sin Haaland, sin Dortmund, sin VAR
La historia se repite. El Bayern se convirti¨® en un gigante cuando de verdad toca y el Dortmund empeque?eci¨® de nuevo en un d¨ªa clave hasta parecer diminuto. Casi es una cuesti¨®n mental. El Bayern domina la Bundesliga con su mentalidad de hierro y tiene de nuevo otro t¨ªtulo, el octavo consecutivo, al alcance de la mano. No le hizo falta Thiago, ni siquiera los goles de Lewandowski, para sacar adelante el partido m¨¢s dif¨ªcil del calendario. Sobre todas sus estrellas emergi¨® la figura de Joshua Kimmich, ese mediocentro exquisito que en sus primeros a?os resulto ser tambi¨¦n un lateral notable.
Lo tiene todo este futbolista, emblema ya del Bayern y de la Mannschaft: desde la fortaleza propia de los centrocampistas alemanes hasta la finura t¨¦cnica de quien pasa por las manos de Guardiola. Ese tacto con la pelota en los pies lo ech¨® en falta Haaland, vigilado con lupa hasta por ¨¦l mismo. O corrige su gesticulaci¨®n extrema o cada d¨ªa que no est¨¦ bien lo airear¨¢ a los cuatro vientos. Otro punto negativo, dram¨¢tico a estas alturas, fue el VAR. No se?alar penalti por la mano-codo de Boateng es un borr¨®n para un f¨²tbol alem¨¢n que ayer fue centro de atenci¨®n en todo el mundo. El empate quiz¨¢ no hubiera frenado la fortaleza del Bayern, pero la fr¨ªa tecnolog¨ªa deber¨ªa precisamente obviar la l¨®gica humana.