F¨²tbol de probeta en la Bundesliga
Puse puntualmente en la tele el Borussia-Schalke a las 15:30 del s¨¢bado, como tantos, para ver el f¨²tbol que nos espera de aqu¨ª a unos meses. F¨²tbol envuelto en una burbuja de asepsia, perceptible desde antes del comienzo. Esos suplentes fuera del banco, con mascarillas, en sillones separados por dos metros entre s¨ª. Ese banquillo con los auxiliares, separados y embozados igualmente. Ese entrenador a cara limpia pero aislado, en la zona t¨¦cnica. La ausencia del saludo ritual de los equipos chocando las manos, esos leves saludos rozando los codos. Las silenciosas gradas, entre las que rebotaban los sonidos de los golpes al bal¨®n, o los gritos.
As¨ª es porque as¨ª tiene que ser. Despu¨¦s de todo, es f¨²tbol. Cuando dej¨¦ de preocuparme por estas cosas y me centr¨¦ vi a Haaland, ¨¦l ten¨ªa que ser, vacunar al meta del Schalke con un zurdazo sobre la marcha, impecable, primer gol de la jornada, que le acredita como el hombre a seguir en estos tiempos. Luego le facilit¨® otro a Guerreiro con una pared con pausa que le define como jugador de clase, m¨¢s all¨¢ de sus condiciones de asesino del ¨¢rea, que ya son importantes ¡®per se¡¯. Bien tambi¨¦n Achraf y bien el joven Hazard. Bien todo el Borussia, que anda tras la estela del Bayern, que a su vez gan¨® ayer, en Berl¨ªn, al simp¨¢tico Uni¨®n.
Goles sin abrazos, menos broncas, menos faltas de lo habitual. Y m¨¢s cambios. Se admiten cinco y varios entrenadores los aprovecharon en esta primera jornada. A los que conocimos el f¨²tbol sin m¨¢s cambio que el del portero por lesi¨®n (y en la Copa de Europa ni eso) nos parece excesivo. Pero es lo que viene en este periodo dif¨ªcil en el que nos amenazan mayores problemas que esto de tener que seguir los partidos de la tele en ese ambiente fantasmal. Al menos, la Bundesliga ya est¨¢ en marcha y es como ver la luz al final del t¨²nel. Como dijo Churchill tras El Alamein, esto no es el fin, ni siquiera es el principio del fin, pero s¨ª es el fin del principio.