El mejor contador de historias que he conocido
Adoraba entrevistar a Michael Robinson. Hac¨ªa su trabajo y el m¨ªo. Hac¨ªa brillar todo lo que le rodeaba, todo lo que ten¨ªa que ver con su actividad profesional. Era el mejor contador de historias que he visto jam¨¢s. Con su acento y con sus ocurrencias. S¨®lo hab¨ªa que darle pie y la pelota echaba a rodar. Alfredo Rela?o me lo descubri¨®, como a tantos otros. Y me permiti¨®, con sus encargos, primero conocer al personaje y despu¨¦s, ya m¨¢s en la intimidad, a la persona. Dos de esos ¨²ltimos encargos de entrevista tuvieron que ver con las ¨²ltimas finales de la Copa de Europa en las que ha participado el Liverpool, del que Robinson hablaba con tanto orgullo. Se le iluminaban los ojos. Le encantaba contar al mundo que ¨¦l hab¨ªa formado parte de la leyenda red y era capaz de recordar an¨¦cdotas tan hilarantes y dibujarlas con tanta gracia que hasta te hac¨ªa dudar de si era posible que algo tan especial hubiera podido ocurrir. Pero s¨ª, si estaba en su cabeza, hab¨ªa sucedido con seguridad.
La ¨²ltima vez que nos encontramos para hacer una entrevista, en el hotel Eurobuilding, tan cerca del Santiago Bernab¨¦u, le pregunt¨¦ que por qu¨¦ segu¨ªa trabajando de manera tan fren¨¦tica cuando no ten¨ªa necesidad de hacerlo. Era su manera de sentir el pulso a la vida, me vino a decir. Necesitaba que todo fuera normal, como siempre. Me habl¨® de su padre y de la residencia en la que estaba. De una ¨²ltima visita. Dijo que quer¨ªa irse a vivir junto al mar. Esa idea le hac¨ªa sentir bien. Me cont¨® que los medicamentos que estaba tomando hab¨ªan formado una barrera que de momento funcionaba, pero que iba a dejar de hacerlo, y que le hab¨ªa dado tiempo a poner las cosas en orden.
Con respecto a la profesi¨®n, la de contar historias, Michael Robinson s¨®lo admit¨ªa hablar del periodismo de calidad. Aquella ¨²ltima vez que le vi tambi¨¦n lo hizo. Se lamentaba de la cantidad de ruido que rodea en estos tiempos el trabajo de periodista, que siempre me dio la impresi¨®n que termin¨® amando tanto como el de futbolista. Bord¨® los dos. ?l mismo era un s¨²per divulgador, en cierto modo, un intelectual. Le hice entrevistas hablando de muchas cosas, del Manchester City al que fue siendo el fichaje m¨¢s caro del f¨²tbol ingl¨¦s hasta ese momento, de Leicester, la ciudad que le vio nacer y que luego se puso tan de moda por el equipo de f¨²tbol, de su Liverpool, incluso de aquel curso de ingl¨¦s que se sac¨® de la manga, que Michael val¨ªa para todo. Qu¨¦ cantidad de cosas nos ha dejado, la tele, la radio, su ingenio¡ Yo le conoc¨ª.