El nuevo candidato a la posici¨®n d¨¦bil del PSG
A Thomas Tuchel no le convence Thomas Meunier, aupado a la condici¨®n de te¨®rico indiscutible en el lateral derecho del PSG desde la marcha de Daniel Alves. El ex del Brujas, formado como extremo o como centrocampista ofensivo, se reconvirti¨® a la posici¨®n de defensor con buenos resultados, pero es cierto que parece favorecerle m¨¢s el esquema de tres centrales de la selecci¨®n belga, que le permite proyectarse con la espalda algo m¨¢s cubierta. En ocasiones, en las raras veces durante el presente ejercicio en las que los ha tenido a ambos sanos, Tuchel ha optado por sentarle en el banquillo y apostar por el joven Colin Dagba. El internacional sub-21 es un lateral m¨¢s puro, m¨¢s cercano en cuanto a perfil a lo que desea el t¨¦cnico alem¨¢n. Pero es a¨²n bastante inexperto, y claramente su demarcaci¨®n se ha identificado como una de las que m¨¢s necesita reforzar la dirigencia parisina. Incluso Ander Herrera ha llegado a ocuparla en dos encuentros en la presente campa?a.
El ¨²ltimo nombre al que se ha relacionado con esta b¨²squeda incesante de un lateral derecho que pueda estar a la misma altura que el resto de la plantilla tambi¨¦n es de perfil bajo. Pero de rendimiento regularmente alto en los ¨²ltimos cursos. Se llama Hamari Traor¨¦, es maliense y tiene 28 a?os. Ha sido una pieza clave en ese Rennes que la temporada pasada elimin¨® al Betis de la Europa League, que tuvo luego contra las cuerdas al Arsenal y que acab¨® levantando la Coupe de France gan¨¢ndole precisamente al PSG en la final. Su carrera tard¨® en despegar, pero ahora pocos jugadores en su demarcaci¨®n ofrecen un equilibrio tan interesante entre competencia defensiva y animosidad para subir la banda y buscar siempre la profundidad. Y esas virtudes son fundamentales para un equipo en el que los te¨®ricos extremos tienden al juego interior -Di Mar¨ªa busca permanentes diagonales y se ofrece en la zona de la media punta- y en el que el regreso defensivo fulgurante es imprescindible teniendo en cuenta que ya hay demasiados atacantes liberados de esa responsabilidad.
Para Traor¨¦, una vuelta a la capital redondear¨ªa una aventura circular de desenlace inesperado. Su primer club en Europa fue el Paris FC, el vecino pobre que ahora mismo milita en segunda y que por aquel entonces lo hac¨ªa en National, la tercera categor¨ªa gala. Formado en la prestigiosa academia de Jean-Marc Guillou en su Bamako natal, tambi¨¦n en su propio pa¨ªs le descubrieron tarde: hasta 2015 no empez¨® a ser llamado por la selecci¨®n. Para formar parte del primer¨ªsimo nivel mundial le faltar¨ªa algo m¨¢s de pausa y precisi¨®n en el juego asociativo en corto, pero ha explotado tan bien sus virtudes que es un fijo en el tercer clasificado de la liga francesa. Y pocos dudan ya de que ser¨ªa un refuerzo interesante incluso para un transatl¨¢ntico como el PSG, que por fin ha entendido que para competir al m¨¢ximo nivel no s¨®lo necesita grandes nombres. Traor¨¦ dar¨ªa continuidad a esa nueva l¨ªnea estrat¨¦gica abierta con Gana Gueye o con Pablo Sarabia.