Goyo, te fuiste el mismo d¨ªa que Juanito¡
Un 2 de abril ten¨ªa que ser, el mismo d¨ªa en el que desped¨ªamos a nuestro eterno Juanito. Cruel coincidencia. No por temida la noticia (Goyo llevaba malito varios a?os) no dej¨® de agujerear un poquito m¨¢s esa moral que se nos est¨¢ resquebrajando a la misma velocidad con la que se nos est¨¢n yendo seres queridos.
Benito no era un veterano m¨¢s del Real Madrid. Era un l¨¦on con botas, un tipo acostumbrado a terminar los partidos con la camiseta manchada de sangre o de barro (o ambas cosas). Un gladiador que se tomaba los partidos como si le fuese la vida en ello. En Puente del Arzobispo, su pueblo natal, saben de lo que hablo. "Goyo era tremendo, Roncero. Ten¨ªa una fuerza mental y f¨ªsica incre¨ªble. El Madrid lo era todo para ¨¦l".
Todav¨ªa recuerdo aquella noche del 7 de noviembre de 1979. Un servidor ten¨ªa 14 a?itos. Vuelta de los octavos de la Copa de Europa ante el Oporto. En la ida, derrota por 2-1 en Das Antas. Mi padre no me consigui¨® entrada (los precios de la reventa eran un disparate). Puse la radio y el inolvidable H¨¦ctor del Mar me meti¨® en el abarrotado estadio con su pasi¨®n. Apenas quedaban unos minutos para el final y el 0-0 nos echaba de Europa. Y lleg¨® un c¨®rner. Yo ya estaba de los nervios. De pronto, la voz de H¨¦ctor rugi¨®: "Goooooooooool de ¡®Hacha Brava¡¯ Benito. Emergi¨® en el cielo de Madrid para conectar un cabezazo imperial por encima de toda la zaga portuguesa. Gol del coraz¨®n del Madrid. ?C¨®mo te queremos, Goyo!".
Benito y Pirri formaron una dupla en los a?os 70 e inicios de los 80 que se hac¨ªa respetar. Por eso gan¨® seis Ligas y cinco Copas. En Espa?a formaban un muro impenetrable. S¨®lo le falt¨® la Copa de Europa. Pero la llevaba pegada en su ADN madridista. Te fuiste un 2 de abril, Goyo. Como nuestro amado Juan. T¨² tambi¨¦n eres Leyenda Blanca.