La tragedia que se ve¨ªa venir
Entre todos la mataron, y ella solita se muri¨®. Con un m¨¢ximo responsable m¨¢s que definido en un club cada vez m¨¢s presidencialista. En esto va camino de convertirse una deprimente Uni¨®n Deportiva, sin rastro alguno de optimismo, con la esperanza hueca, tras 11 jornadas sin ganar. Tras la marcha de Jonathan Viera, el fundido a negro es tan cruel que se alimenta el viejo debate sobre la idoneidad de un regreso solo parcial. Aunque no se libre del mal com¨²n, poca culpa tiene Pepe Mel en la m¨¢s que deficiente confecci¨®n de una plantilla cuyo principal arquitecto, Rocco Maiorino, ni siquiera se mantiene en un club que, cada vez m¨¢s, parece empe?ado en convertirse en la verdadera casa de los l¨ªos. Entre el sonrojo de Gij¨®n y el entrenador negando una renovaci¨®n que el presidente daba por hecha, la semana fue de los m¨¢s completa.
Ocurre adem¨¢s que el partido de Gij¨®n, m¨¢s consecuencia que s¨ªntoma, lleg¨® cargado de mensajes y finaliz¨® lleno de recados. "Nuestro segundo tiempo fue una verg¨¹enza¡±, dijo Aythami. ¡°En 20 a?o como entrenador no me hab¨ªa pasado esto", sostuvo un apesadumbrado Pepe Mel. No se libra nadie. Toca, en cualquier caso, depurar responsabilidades. En los despachos, mientras, hacen la t¨¦cnica Rajoy: como si no pasara nada. Mientras tanto, el equipo se desangra. El ventilador ya est¨¢ m¨¢s que preparado. Y la tragedia del descenso est¨¢ a solo tres puntos. Se ve¨ªa venir.