RdT, en el patio del colegio
Optimismo perico. El peregrinaje de los aficionados recorre la calle Sant Jeroni hacia el RCDE Stadium. La vida se mezcla entre los bloques de pisos. Una mujer pasea su carrito de beb¨¦, ataviado con una camiseta del Espanyol. J¨®venes y adultos salen de un supermercado con cervezas en la mano mientras que los Mossos controlan sonriendo un grupo de aficionados que m¨¢s entusiasmados animan con sus c¨¢nticos. De fondo, un estadio iluminado por el sol de media tarde, con las bufandas al viento. M¨¢s de 30.000 pericos de nuevo acuden a ver a su equipo, ¨²ltimo, en busca de ganar al Atl¨¦tico, que dos semanas antes hab¨ªa vencido al campe¨®n de Europa.
Superior. Esa machada es posible cuando act¨²an jugadores como Ra¨²l de Tom¨¢s. El madrile?o se divierte como si estuviera en el patio del colegio. Su calidad t¨¦cnica, potencia f¨ªsica y entendimiento del juego lo convierten en un futbolista especial, capaz de conocer el tiempo y el espacio como si fuera el mismo Einsten o Newton, como si descifrara todas las f¨®rmulas del f¨²tbol. Su primera parte fue para enmarcar, aunque a veces se adorna como Gaud¨ª. Una jugada de ese calibre, con ca?o incluido, pudo cambiar el signo del partido en la primera parte. Propici¨® un ambiente m¨¢gico, como si el Espanyol se creyese mejor que su rival, capaz de todo. Diez minutos en los que V¨ªctor S¨¢nchez estrell¨® un bal¨®n al larguero, con RdT como punto de inicio y de final de todas las jugadas.
L¨®gica inexacta. En esta ocasi¨®n, encontr¨® el gol con la complicidad de Savic y la asistencia de Wu Lei. El futbolista chino sigue siendo un mel¨®n antes de abrir en cada jugada. Es capaz de centrar fuerte al primero palo, uno de los lugares indefendibles, como de no saber gestionar una conducci¨®n solo en carrera, m¨¢s propia de un atleta que de un futbolista, como si el bal¨®n de f¨²tbol fuera de rugby, incontrolable cuando bota. Pese a ello, este Espanyol que quiere sobrevivir de cualquier manera prefiere las intermitencias de Wu Lei a la l¨®gica de Darder, que de nuevo jug¨® desorientado, mirando m¨¢s al cielo que al c¨¦sped, nost¨¢lgico.
La constancia. Pero tambi¨¦n estuvo el mallorqu¨ªn batallador, como el resto del equipo, m¨¢s seguro que en otros partidos y sabiendo alternar presiones altas con presiones bajas. Todo ello le llev¨® a pescar un punto ante un Atl¨¦tico con un ojo puesto en Liverpool. No le es suficiente al Espanyol para salir del descenso. La diferencia sigue siendo amplia, pero el RCD Stadium ya no es una plaza f¨¢cil. Solo con constancia se puede alcanzar el objetivo en el colegio de RdT.