El Madrid sufre su miedo esc¨¦nico
No s¨®lo falta gol. De todos los problemas que padece el Real Madrid post-Cristiano, tanto como la falta de gol, empieza a convertirse en un quebradero de cabeza el poco peso que supone jugar en Chamart¨ªn. Desde la pasada temporada, el Madrid se est¨¢ dejando en el limbo el factor Bernab¨¦u. Exponentes muy claros son el 1-4 del Ajax o una ¨²nica victoria de sus cuatro partidos en casa en esta Champions. Esta t¨®nica, extrapolable a la Liga, se agudiza si el rival es el Bar?a, que lo ha convertido en costumbre en los ¨²ltimos a?os.
Ni miedo esc¨¦nico, ni 90 minuti. Jorge Valdano acu?¨® la mejor definici¨®n de la sugesti¨®n que supon¨ªa a sus rivales jugar en el Bernab¨¦u. Juanito pronunci¨® una frase ya m¨ªtica en el f¨²tbol cuando le dijo a uno de los jugadores del Inter, nada m¨¢s perder 2-0 en Mil¨¢n: ¡°90 minuti en el Bernab¨¦u son molto longo¡±. Dos maneras muy elocuentes de dar la bienvenida a un infierno seguro. La contradicci¨®n es que ahora los partidos se le hacen largos al Madrid en su propia casa. Da igual ante el Celta que ante el Manchester City. El miedo esc¨¦nico ha cambiado de direcci¨®n y ya s¨®lo son 80 minuti. Se ha perdido ese contagio, con perd¨®n por usar este t¨¦rmino en estos d¨ªas, del campo a la grada de una manera natural, sin artificios.
La paradoja del Cl¨¢sico. Un optimista ver¨¢ este Madrid-Bar?a como una ocasi¨®n pintiparada para cambiar inercias. Un pesimista no recuerda ning¨²n partido de esta magnitud con m¨¢s dudas que estrellas, con Seti¨¦n agarr¨¢ndose a la taza del caf¨¦ con Guardiola, para que le muestre el atajo, mientras mastica si Braithwaite le cabe en el once. ?Ver para creer! Le dieron un caramelo envenenado, con la obligaci¨®n de ser l¨ªder como Valverde y jugar como el Bar?a de Cruyff. Una quimera en un club volc¨¢nico, con una planificaci¨®n deportiva tan deficiente. Zidane, entretanto, invoca para que los fantasmas de otra semana fat¨ªdica no se lleven por delante un nuevo proyecto y para que Benzema, Carvajal, Casemiro o Ramos se reencuentren antes de que sea tarde.
La luz de Messi. Entre tanta oscuridad aparente s¨®lo la tenue luz del argentino puede brillar de forma diferente. Tenue porque entre el duelo inacabado con Cristiano y el pesado brazalete, Leo ahora dispensa su magia con cuentagotas. Disfruta mucho menos jugando y, en un a?o, ha pasado de hablar de ¡°esa copita linda¡± al equipo que no llega para conquistar Europa. En pocos d¨ªas comprobamos que entre el Messi del Eibar y el de N¨¢poles media un abismo, tan enorme con lo que fue hace nada este Cl¨¢sico y ahora es¡