Las intermitencias de la muerte
La muerte de Saramago en 'Las intermitencias de la muerte', cuando decidi¨® volver a trabajar, lo hizo entregando cartas violetas primero. Las cartas notificaban al receptor de que dispon¨ªa de una semana de vida. Al Espanyol, en Wolverhampton, le entregaron una carta violeta en forma de cuatro goles y una dura resaca an¨ªmica y moral. Pareciera que en Valladolid le entregaron otra, que avisaba de la muerte en Liga, porque en el f¨²tbol se puede morir m¨¢s de una vez.
Abelardo dijo que la paliza en Inglaterra no afectar¨ªa en Liga. Se vio que s¨ª. Hasta los m¨¢s veteranos, los capitanes, parec¨ªan debutantes en Primera. Wolverhampton no pod¨ªa ser Trafalgar. No cabe duda de que la obligaci¨®n es la salvaci¨®n, pero qu¨¦ ser¨ªa de la vida sin alguna distracci¨®n. Sin ellas, a uno no le cabe m¨¢s que recrearse en sus pesares. Europa era nuestro patio, nuestra peque?a ilusi¨®n y evasi¨®n.
Y ahora tocar¨¢ volver a la Liga ante el Atl¨¦tico, con un tr¨¢mite de por medio que bien podr¨ªa haber sido como un funeral animista, de aquellos en los que se bebe y se celebra la vida que se ha ido porque empieza en otro lado, y no s¨¦ si ser¨¢ as¨ª, pero deber¨ªa serlo. Sin timideces. Total, ya no habr¨¢ Europa y vete t¨² a saber hasta cu¨¢ndo. Disfrutemos del ¨²ltimo baile. La vida que empieza tras este jueves deber¨ªa ser intentar volver a Europa. E intentar volver pasa por salvarse.
Estos d¨ªas los vadeo con m¨¢s altibajos que Britney Spears en 2007. Pero a medida que se acercan los partidos nos veo tocando el violonchelo, para ser nosotros quienes hagamos dudar a la parca. En realidad, en la lucha por la supervivencia no hay nadie mejor preparado que el Espanyol, violonchelista de cuna. Lo dijo Embarba al acabar el partido, que m¨¢s abajo ya no podemos ir, que no hay nada que perder. Y lo escribi¨® Saramago, que desde "el luminoso fondo de los pozos" es "donde mejor se nota la altura a la que se encuentra el cielo".