Muguruza y la memoria fr¨¢gil
La memoria es fr¨¢gil, fragil¨ªsima. Tanto, que se nos hab¨ªa olvidado que Garbi?e Muguruza es una estrella mundial, aunque no haya levantado el Abierto de Australia.?Un animal feroz. Una de esas personas tocadas por la varita del ¨¦xito. Con 21 a?os lleg¨® a la final de Wimbledon, con 22 conquist¨® Roland Garros derribando a un t¨®tem como Serena Williams. Con 23 rein¨® en el All England y subi¨® al n¨²mero uno¡ Pero en la cima tambi¨¦n hace fr¨ªo. Es dif¨ªcil permanecer all¨ª si todas las piezas no encajan al mil¨ªmetro. Y en la cabeza de la espa?ola algo se descuadr¨®. ¡°Ella es hipercompetitiva, se presiona mucho¡±, cuentan desde su entorno. Las derrotas llegaron ante tenistas modestas y entr¨® en un c¨ªrculo de ansiedad del que le ha costado salir.
Necesitaba resetear. Limpiar su mente. Y, quiz¨¢, tener a alguien a su lado que le recordara qui¨¦n era y c¨®mo hab¨ªa llegado a lo m¨¢s alto. Se fue Sam Sumyk y lleg¨® a su banquillo en diciembre Conchita Mart¨ªnez. Una uni¨®n que parec¨ªa l¨®gica por sus precedentes. ¡°Es como las parejas, ?no? Todos queremos que Brad Pitt y Jennifer Aniston vuelvan a estar juntos¡±, bromeaba estos d¨ªas la aragonesa. Precisamente ante Kenin en Pek¨ªn, en septiembre pasado, Muguruza hab¨ªa puesto punto final a su temporada. Desde junio hab¨ªa ganado un partido¡ No pod¨ªa seguir as¨ª. Par¨®. Rompi¨® con todo. Subi¨® al Kilimanjaro (no le gust¨®, sufri¨® mucho). Vio claro que su cima es la de la WTA. Llam¨® a Conchita. Puso el foco en el tenis. Cerr¨® la boca. Y, renovada, vuelve a hablar en la pista. Su sitio. Se le ha escapado un grande. Nos quedamos fr¨ªos. Pero habr¨¢ m¨¢s oportunidades. Bienvenida de nuevo.?
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