Simeone debe recuperar la rebeld¨ªa
En un libro que ya es tan antiguo como la an¨¦cdota que hoy rescato, Jorge Valdano relataba su fren¨¦tico estreno en los banquillos. En la primavera de 1992, se hizo cargo del Tenerife, entonces en ca¨ªda libre hacia Segunda Divisi¨®n. Uno de sus primeros rivales fue el Barcelona, el Dream Team, d¨ªas despu¨¦s campe¨®n de Europa. El t¨¦cnico cambi¨® el ¨¢nimo derrotado de sus nuevos jugadores a trav¨¦s del mensaje diario que les transmiti¨®. Con una frase que les repiti¨® hasta la saciedad, "ante la duda, coraje", logr¨® que el Tenerife arrasara al equipo de Johan Cruyff, que se jugaba el t¨ªtulo. Y esa inercia llev¨® al equipo canario a la salvaci¨®n y, en un broche final que es historia de nuestro f¨²tbol, remontar en la ¨²ltima jornada al Real Madrid y quitarle una Liga que en el descanso ten¨ªa en el bolsillo.
Ahora, a a?os luz de aquel f¨²tbol, Simeone ha conseguido algo que es envidiado por todo equipo de cualquier ¨¦poca: la regularidad. Su Atl¨¦tico de Madrid es un engranaje fiable a la hora de cumplir unos m¨ªnimos que le dan para ganar muchos partidos y perder rara vez. Esto hace que sea pr¨¢cticamente imposible volver a ver al equipo rojiblanco inmerso en una crisis profunda. En otras palabras, al Cholo no se le va a descontrolar la situaci¨®n nunca hasta el punto de tener que dar charlas al borde del abismo como aquellas de Valdano.
Una vez alcanzado ese estatus privilegiado, acechando constantemente a los dos gigantes del f¨²tbol espa?ol, el peligro es el aburguesamiento. La actitud del que mucho tiene, y adem¨¢s sabe lo mucho que le ha costado, tiende a ser conservadora. En los m¨ªnimos innegociables que Simeone exige sin excepci¨®n, hay un mensaje cristalino hacia sus jugadores: si hac¨¦is lo que os pido, nunca tendr¨¦is dudas sobre el c¨¦sped. Que lo haya logrado durante tantos a?os es la grandeza hist¨®rica que la mayor¨ªa le reconocemos al t¨¦cnico argentino. Pero entonces, sin dudas, ?para qu¨¦ necesitamos el coraje?
Una parte de la afici¨®n, cada vez m¨¢s numerosa, reclama un siguiente paso en el crecimiento deportivo del equipo. La direcci¨®n del club no siente esa urgencia, est¨¢ muy satisfecha con la situaci¨®n actual, jugando todos los a?os la Champions e integrando el terceto de aspirantes al t¨ªtulo de Liga. La estabilidad deportiva salv¨® econ¨®micamente a la entidad y ahora permite una capacidad de gasto cada a?o un poco mayor. Esa tranquilidad tambi¨¦n la valora Simeone, que busca la mejora, pero siempre con el temor de que un paso adelante demasiado arriesgado pueda abrir una grieta en su consolidada arquitectura. Y, en esas, pasan los meses y las temporadas y aparece siempre el Barcelona en Liga para mostrar cu¨¢l es el techo, crudo e indiscutible, de este proyecto y de su propuesta.
El Barcelona en Liga, a?o a a?o, dibuja un Atl¨¦tico impotente que no le ha ganado todav¨ªa con el argentino en el banquillo. El Cholo no tiene palmeros alrededor, al contrario, escucha opiniones que le apremian, con fundamentos, a hacer una revoluci¨®n en el planteamiento para revertir de una vez los negativos resultados contra el equipo de Messi. Un cambio de credo as¨ª, de tener ¨¦xito, podr¨ªa haber llevado alguna de las ¨²ltimas Ligas a las vitrinas rojiblancas. Porque el duelo directo con el Barcelona es el que ha marcado la diferencia entre jugarse el t¨ªtulo hasta el ¨²ltimo minuto o perderlo a falta de varias jornadas.
Quienes as¨ª opinan creen que, en Ligas como la actual, donde Madrid y Barcelona no van a hacer ni 100 ni 90 puntos, el Atl¨¦tico tiene que salir campe¨®n a menudo. Pero ese paso al frente que se requiere para que as¨ª ocurra le acercar¨ªa a un v¨¦rtigo que acongoja. Y, no sin motivos, Simeone termina decidi¨¦ndose siempre por conservar lo bueno conseguido, que es mucho, y no arriesgar el estatus adquirido con un cambio de propuesta que pone en peligro los s¨®lidos cimientos sobre los que creci¨® su obra. As¨ª, podr¨¢ perpetuarse en la segunda o tercera plaza, que es muy loable, pero le alejar¨¢ de repetir la haza?a de 2014, cuando no ten¨ªa nada que perder y todos los aficionados se frotaron los ojos viendo al equipo de sus amores derrochando coraje y coraz¨®n.
Simeone insiste en que no hay que alejarse de lo que siempre fue el Atleti. Es cierto que no ha traicionado jam¨¢s esa idiosincrasia. Pero ¨²ltimamente s¨ª ha arrinconado uno de los atributos esenciales, que m¨¢s conectan con la afici¨®n rojiblanca y que quiz¨¢ sea eso lo que m¨¢s reclamen los insatisfechos: la rebeld¨ªa. Se la ve con cuentagotas y se la echa de menos. Que por muy flamante y lujoso que sea el Wanda, antes del partido suena Thunderstruck y, nada m¨¢s terminar, Maneras de vivir. Y por algo ser¨¢.
La visita del Barcelona es el momento id¨®neo para rebelarse y avasallarles hasta vencerles con autoridad. Como aquel Tenerife. Para lograr eso, no se puede seguir haciendo lo mismo de siempre.
Carlos Matallanas es periodista, padece ELA y ha escrito este art¨ªculo con las pupilas.