El plan B, camino de ser el plan A
Llegaba el Valencia Basket lanzado en busca de la cuarta victoria en una semana. Y quiz¨¢s por eso sali¨® relajado. Tanto que, con un 4-20 inicial, parec¨ªa que el partido ya volaba rumbo a Mosc¨². Pero los rusos no contaban con Quino Colom. Y eso que ya lo conoc¨ªan de la VTB League. La salida del base a cancha le dio la vuelta como un calcet¨ªn al duelo. Los defensores rusos ni lo ve¨ªan. En el 1x1 nadie pod¨ªa con ¨¦l. Y si le hac¨ªan la ayuda doblaba sin pesta?ear el pase al compa?ero mejor colocado. Junto con Tobey martirizaron con el pick and roll a un fr¨ªo conjunto ruso que no se esperaba la virulencia de la reacci¨®n taronja. Colom acab¨® con un doble-doble de asistencias (12+11) en 27 minutos. Y para firmar estos n¨²meros en basket FIBA tienes que generar much¨ªsimo.
En verano Colom fue el plan B. La espantada de Sergio Rodr¨ªguez, que se fue a Mil¨¢n cuando ya hab¨ªa dado su palabra al Valencia, hizo que Mulero fuera a por la estrella de la Espa?a de las Ventanas. Sin embargo, el juego del andorrano, por muy plan B que fuera, le va a las mil maravillas a este Valencia. Por su forma de jugar, incluso mejor que el ¡®Chacho¡¯. Lleg¨® directo del Mundial, con el equipo rodado. Y le cost¨®. Pero una vez que ya est¨¢ asentado, se siente importante y los compa?eros lo agradecen. Y La Fonteta lo disfruta. A este nivel, el Valencia tiene base para muchos a?os. Un base, adem¨¢s, que se casa como un guante a la idiosincrasia de este equipo y este club.
Menci¨®n aparte tambi¨¦n merece Dubljevic (18 puntos y 7 rebotes). El ¡®talento de Niksic¡¯ se comi¨® con patatas a los rusos en la pintura. Su movimiento en la canasta que mat¨® el partido record¨® a aquella que rubric¨® en el segundo partido de la final de la Liga Endesa 2016, contra el Madrid, que vali¨® el 1-1 en la eliminatoria. El resto ya es historia. El Valencia est¨¢ 4-6 en la Euroliga tras comenzar 0-5. Y lo que es m¨¢s importante, ya tiene interiorizado que puede competir en la segunda mejor liga del mundo. En esta competici¨®n hay jugadores enormes, siderales (como por ejemplo hoy Jovic) pero lo que es seguro es que no se comen a nadie.