Cuenta la leyenda que Jacques Anquetil, ya en sus ¨²ltimos d¨ªas de vida, recibi¨® la visita en el hospital de Raymond Poulidor, con quien mantuvo una buena relaci¨®n final a pesar de su fiera rivalidad en la carretera, y le solt¨® una macabra broma: "Raymond, hasta en esto vas a quedar por detr¨¢s de m¨ª". Anquetil falleci¨® en 1987, a los 53 a?os, demasiado pronto, con un palmar¨¦s impresionante: cinco Tours, dos Giros y una Vuelta, entre otras muchas victorias. Poulidor le acompa?¨® este mi¨¦rcoles, a los 83 a?os, con la ronda espa?ola como ¨²nica grande. Otra vez segundo.
Hay una foto ic¨®nica que inmortaliza sus vigorosos duelos, una ascensi¨®n codo a codo, hombro a hombro, literal, al Puy de D?me en 1964. Ese Tour tambi¨¦n lo conquist¨® Ma?tre Jacques, como los dem¨¢s. Pou Pou termin¨® tres veces segundo, otras cinco tercero, pero nunca se coron¨® en Par¨ªs. Ni siquiera se enfund¨® el maillot amarillo. La vez que m¨¢s se acerc¨® fue en 1967, cuando perdi¨® el pr¨®logo de Angers por seis segundos ante un espa?ol: Jos¨¦ Mar¨ªa Errandonea. La derrota forj¨® el mito.
Como ir¨®nica compensaci¨®n, Poulidor acudi¨® muchos a?os al Tour contratado por Cr¨¦dit Lyonnais, enfundado en un polo amarillo. El p¨²blico enloquec¨ªa a su paso. Poulidor ha pasado a la historia como el eterno segundo, incluso su nombre se utiliza como sin¨®nimo de quien siempre se queda en la orilla. Aun as¨ª, Pou Pou no fue un perdedor. Deportivamente logr¨® numerosos triunfos, pero sobre todo se gan¨® el cari?o del p¨²blico, que le prefiri¨® por encima de los grandes campeones. Anquetil sumaba victorias y Poulidor coleccionaba aplausos. Francia le adoraba. En eso ha sido el l¨ªder del ciclismo. Nadie ha obtenido tanto reconocimiento sin pisar el pelda?o m¨¢s alto. Por eso hoy escribimos sobre ¨¦l, porque su nombre trasciende cualquier sala de trofeos. Nunca el n¨²mero dos reuni¨® tanta gloria.