Cambio de tercio
Cumplimos un tercio de una temporada que se antoja dura para el Espanyol. El arranque de curso no vaticina algo que est¨¦ alejado del sufrimiento y la agon¨ªa hasta el final. Vivimos una situaci¨®n inc¨®moda para todos los niveles. Llegados a este punto, se buscan soluciones all¨¢ donde pudieran ser susceptibles de ser encontradas.
El equipo, por ejemplo, reunido buscando las suyas en la Dani Jarque durante m¨¢s de una hora, la c¨²pula trasladada a China por si en el lejano oriente las encontrara y otros portavoces cargando contra el VAR, el entorno, el empedrado o cualquiera que pase con tal de ir repartiendo delitos por si la pena fuera la mayor. Tambi¨¦n se busca la ayuda divina, Diego L¨®pez, a quien nada se le puede reprochar, acudi¨® a La Moreneta y le encendi¨® una vela. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, que dir¨ªa Jafar en Aladdin. Toda ayuda es poca.
El caso es que unos d¨ªas ¡®por h¡¯ y otros ¡®por b¡¯, nos vemos sacudidos por ese aire fr¨ªo que emana de los equipos con pinta de descenso o, al menos, de esos que deben aprender a controlar el temblor de piernas si quieren huir de ¨¦l.
El clima anda cargado. No hay term¨®metro perico que no dispare su mercurio cuando se comenta el momento por el que pasan el equipo y tambi¨¦n la instituci¨®n. Por supuesto que no se ha alcanzado un cl¨ªmax b¨¦lico. Que no llegue, ni lo queremos ni traer¨ªa nada positivo. Para salir de esta cueva en la que nos vemos obligados a entrar para cobijarnos del fr¨ªo, se recomienda uni¨®n y que cada cual aporte las soluciones que crea oportuno aportar. Solo as¨ª podremos salir de ella en este cambio de tercio.