Del coreado #Ram¨ªrezveteya al necesario #Ram¨ªrezcambiaya
De ins¨®lito se puede catalogar la din¨¢mica que est¨¢ tomando la Uni¨®n Deportiva Las Palmas desde hace varias semanas, justo en el preciso momento en el que la Federaci¨®n de Pe?as de la entidad, el grupo de animaci¨®n m¨¢s numeroso, decidi¨® romper relaciones con la presidencia amarilla.
Para entender el presente hay que retrotraerse al a?o del ascenso a Primera Divisi¨®n, donde se subi¨® de manera brutal los costes de los abonos, explicando, de manera nada afortunada el presidente Miguel ?ngel Ram¨ªrez, que qui¨¦n no lo quisiera pagarlo por parecerle caro, que lo viera en su casa en el Canal Plus. Esa frase, por mucho que la haya intentado matizar con posterioridad, le persigue y le perseguir¨¢. La afici¨®n, a modo de protesta, le silbaba cada vez que en el v¨ªdeo marcador se daba la asistencia al Gran Canaria, tomando la entidad la decisi¨®n de dejar de anunciarlo durante el partido y que fuera Larry ?lvarez, responsable de comunicaci¨®n, el que lo desvelara antes de que hablara el t¨¦cnico local. Ese incendio se apag¨® y con el tiempo se calmaron las aguas, pero lo que no se quer¨ªa desde la zona noble era una cr¨ªtica a su gesti¨®n.
Posteriormente lleg¨® el desencuentro entre el presidente y Quique Seti¨¦n, ocasionando la salida del t¨¦cnico c¨¢ntabro, que traer¨ªa el descenso a Segunda Divisi¨®n la siguiente temporada, la de los cuatro t¨¦cnicos. En la divisi¨®n de plata se firm¨® un equipo totalmente nuevo, con la llegada de dos jugadores nada queridos y muy criticados por la afici¨®n como Deivid, el yerno del presidente, y Aythami Artiles, aunque ¨¦ste ¨²ltimo ha logrado hacer olvidar su pasado con buenos partidos, todo lo contrario del primero. A pesar de un inicio algo ilusionante, se logr¨®, despu¨¦s de que pasaran tres t¨¦cnicos por el banquillo, la permanencia en la recta final, con un sufrimiento nada esperado.
El pasado verano, gracias a la iniciativa de la Federaci¨®n de Pe?as y Faro Amarillo, entre otros, se lograron unos precios para la campa?a de abonados reducidos y acordes a la situaci¨®n de desencanto del aficionado tras dos temporadas de constantes batacazos deportivos e institucionales, logr¨¢ndose 12.500 abonados, super¨¢ndose las previsiones m¨¢s optimistas.
Se esperaban nuevos cambios en la plantilla, pero no se produjeron y el desencanto fue en aumento, pero la gota que reboz¨® el baso de la paciencia de los pe?ista fueron las declaraciones de Miguel ?ngel Ram¨ªrez, donde al ser preguntado por los c¨¢nticos en su contra con el ¡®Ram¨ªrez vete ya¡¯ dijo que "los c¨¢nticos de la afici¨®n me los voy a poner de politono del m¨®vil", y si esto fuera poco, d¨ªas despu¨¦s, en el programa M¨ªrame TV dijo que "cuando me aburra me ir¨¦, no cuando me aburran; si dejo de ser presidente igual le cedo las acciones a mi hija y Deivid igual ser¨¢ presidente. Me importa mi familia, el resto me importa poco¡". Esto ¨²ltimo encendi¨® tanto los ¨¢nimos, a considerarlo una nueva provocaci¨®n, que la Federaci¨®n de Pe?as decidi¨® romper relaciones con el club.
Los pe?istas ten¨ªan intenci¨®n de llevar pancartas con los lemas de #Ram¨ªrezveteya #Ram¨ªrezvendeya, pero el club amenaz¨® con denuncias y no permitirle entrarlas, pero, posteriormente, muchos aficionados redoblaron la apuesta sacando el mismo mensaje en la cuenta del tuiter del club, pero la entidad, lejos de aceptar la cr¨ªtica, se ha decidido a bloquear a todos los que han repetido su petici¨®n de que saliera. El club afirma que "en la UD se aceptar¨¢n las cr¨ªticas, pero no las campa?as dirigidas¡¯. Es por ello que son muchos ahora los que han decidido dejar de seguir la cuenta oficial como se?al de protesta. No son buenos tiempos en la relaci¨®n club-afici¨®n, pero desde la Uni¨®n Deportiva no hacen mucho por intentar cambiarla, sino empeorarla¡ ?Una pena! Visto lo visto, ya que desde la zona noble no aceptan la cr¨ªtica, es m¨¢s necesario que nunca que se apliquen un #Ram¨ªrezcambiaya para de alguna manera buscar v¨ªas de acercamiento y soluciones con la afici¨®n descontenta. De ellos depende¡