Del tiqui-taca al Granada l¨ªder
Un modesto entrenador, el vigu¨¦s Diego Mart¨ªnez, producto de la ¡®factor¨ªa Monchi¡¯ (hizo campe¨®n al juvenil del Sevilla y ascendi¨® a Segunda al Sevilla B) tiene ahora l¨ªder al Granada, al que a su vez ascendi¨® la temporada anterior. No hay jugadores brillantes en su equipo. Destacan por su entrega y solidaridad. Su hombre m¨¢s coruscante es Soldado, que trae una larga carrera a sus espaldas, y que le mete al equipo un punto de veterana sagacidad en determinados trances. La f¨®rmula es ¨¢spera pero efectiva: colocaci¨®n, sabio movimiento colectivo, ning¨²n despiste, instinto para castigar el del rival.
Es algo muy lejano del f¨²tbol que nos ha llevado a las mayores victorias del f¨²tbol espa?ol, ese tiqui-taca que mareaba a los rivales y que goteaba escasos pero oportunos goles. Un f¨²tbol que dio t¨ªtulos, a La Roja y al Bar?a. Un f¨²tbol que nucleaban Xavi e Iniesta, que se contrapuso al viejo mito de la furia y que nos hizo, por primera vez, exportadores de t¨¦cnicos y de jugadores. Espa?a ha sido la m¨¢s acreditada denominaci¨®n de origen en el f¨²tbol, casi dir¨ªamos que nuestro producto m¨¢s exportable. Pero el f¨²tbol, como todo en la vida, es pendular, y he aqu¨ª que el Granada es l¨ªder con otra f¨®rmula.
La palabra ser¨ªa intensidad, pero no la veo apropiada. El tiqui-taca era intenso en su fervor por la posesi¨®n. Lo del Granada, o lo del Cholo, es intenso en lo f¨ªsico, en la lucha por cada metro cuadrado. Frente a la lluvia fina, que cala al rival hasta el desestimiento, propone la tormenta que ciega y asusta. Todo es f¨²tbol, todo vale para ganar y es muy de alabar el m¨¦rito de quien, con menos cartas, consigue ganar. Se entiende menos cuando quien lo hace tiene jugadores para m¨¢s, y no es cuesti¨®n de repetir ejemplos conocidos. Pero no es el caso del Granada, cuyo m¨¦rito ocupa las portadas y hace feliz a la ciudad.