Luis C¨¦sar, obligado a agitar el ¨¢rbol
Visto lo visto, decir que el Deportivo ha tocado fondo es una temeridad. De las p¨¢jaras que duraban una parte, de los peque?os buenos momentos de media horita, se pas¨® al rid¨ªculo; y de ah¨ª, al bochorno. Del sudor fr¨ªo, al descenso; y de ah¨ª, a ser colista a cinco puntos de la salvaci¨®n. Once partidos sin ganar, el m¨¢s goleado, casi 300 minutos sin ver puerta... Una ca¨ªda libre a la que cada jornada se suman errores de principiantes. De Lampropoulos se pas¨® a Nolaskoain, del vasco a Montero y hasta Dani Gim¨¦nez, salvador ante el M¨¢laga, termin¨® absorbido por una espiral de fallos gruesos que parecen no tener fin.
La debacle se llev¨® por delante a Anquela y se gast¨® la bala del revulsivo con Luis C¨¦sar. Por ahora el proyectil ha sido de fogueo porque el equipo, lejos de mejorar, empeora. El arousano, l¨®gicamente, lleva poco tiempo y no tiene la culpa. Opt¨® por mantener lo que hab¨ªa. Tanto, que repiti¨® contra el M¨¢laga el esquema y once de Anquela en su despedida ante el Almer¨ªa. El resultado ha sido nefasto y llega la hora de agitar el ¨¢rbol. Pueden ser nombres, defensa de cinco, una mini concentraci¨®n en Vilalba, apostar por un trivote... Lo que Luis C¨¦sar estime, que es el que sabe. Pero es necesario algo que cambie rutinas, que obligue a resetear roles, que les ponga las orejas tiesas a los jugadores. Pincharles, despertarles de la pesadilla y que vuelvan a creer para salir de un barro que asusta.