El sueco que aport¨® nueve millones para el Villamar¨ªn

Suecia tuvo su mejor hora en los cincuenta, cuando fue finalista de su propio Mundial, donde la derrot¨® la imparable Brasil de Garrincha, Did¨ª, Vav¨¢, Pel¨¦ y Zagalo. Quien primero vio la fuerza de aquel f¨²tbol sueco fue el Milan, que a comienzos de esa d¨¦cada fich¨® a la tripleta central de su ataque: Gren-Nordahl-Liedholm, el Gre-No-Li. Con ellos, Suecia gan¨® los Juegos Ol¨ªmpicos de 1948.

Para el Mundial de 1958 apenas se manten¨ªa el sabio Liedholm, que solo pudo jugarlo, como muchos otros compa?eros, tras una dura negociaci¨®n entre las federaciones sueca e italiana. Las cosas eran as¨ª entonces: los que se iban a jugar a otro pa¨ªs necesitaban el permiso de este para ir con su propio equipo nacional. Para finales de los cincuenta, al humo del ¨¦xito del Gre-No-Li, Italia se hab¨ªa ido cargando de suecos. De la lista para el Mundial, siete estaban all¨ª: Hamrin, Gustavsson, Skoglund, Mellberg, Selmoson, L?ngren y Liedholm. Y ojo: viajaron con permiso para jugar el campeonato, pero no contra Italia, si se diera el caso. No se dio porque Italia ni se clasific¨®. Pero si llega a darse¡­

En el verano de 1960, Bernab¨¦u fich¨® a Agne Simonsson, autor de cuatro goles en el Mundial (uno en la final) y de dos en Wembley en un c¨¦lebre 2-3. Le apodaron El Rey de Wembley y fue quinto en el Bal¨®n de Oro de 1959. Era un 9 m¨®vil, en el que Bernab¨¦u crey¨® ver un sucesor de Di St¨¦fano, que, ya con 34 a?os, le sacaba 10. Pero no cuaj¨®. No jug¨® m¨¢s que amistosos. El segundo a?o fue cedido a la Real, donde tuvo muchos minutos, y no mal, pero la Real descendi¨®. Regres¨® a su club de origen, el ?rgryte.

Ya con la Liga 60-61 en marcha, el presidente del Betis, Benito Villamar¨ªn, anunci¨® el fichaje de T?rbjorn Jonsson, lo que cre¨® conmoci¨®n. El Betis ten¨ªa para entonces dos extranjeros, el paraguayo Berni y el argentino Rojas, aparte de los nacionalizados Yanko Daucik, checoslovaco, y Kuszmann, h¨²ngaro. Benito Villamar¨ªn confiaba en resolver los papeles de uno de los dos sudamericanos y as¨ª inscribir a Jonsson. Era una forma de hacerse perdonar el traspaso de Del Sol al Madrid en la primavera de ese mismo a?o, que hab¨ªa sabido muy mal.

Jonsson cost¨® un mill¨®n de pesetas. Aterriz¨® en Barajas el 12 de noviembre y, mientras esperaba para coger el coche cama a Sevilla, pas¨® la tarde en el domicilio de Simonsson, que acudi¨® a recogerlo. Marca hizo el reportaje de ese encuentro, en el que Simonsson celebraba que no pudiera alinearse a¨²n: "Es dif¨ªcil adaptarse, yo lo he notado. Mejor que tenga un tiempo".

?Podr¨¢ jugar ya?

En Sevilla cre¨® una expectaci¨®n grande. Interior, gran planta, procedente del poderoso Nork?ping, 33 veces internacional, con 11 goles. Debut¨® el 19 de enero en amistoso ante Las Palmas, fleco del traspaso del meta Pep¨ªn. Pese a la noche fr¨ªa y lluviosa acudi¨® mucho p¨²blico y el sueco gust¨®. Le hicieron dos penaltis, de los que transform¨® uno y cedi¨® el otro a Rojas. A partir de ah¨ª, cada d¨ªa la gente preguntaba: ?Cu¨¢ndo podr¨¢ jugar? ?Ya?. Pero no llegaba el permiso y lo que s¨ª lleg¨® fue una oferta de la Fiorentina por 10 millones. Benito Villamar¨ªn no se lo pens¨®. Ganaba nueve millones en seis meses. Baste decir que la venta de Del Sol se hab¨ªa hecho por seis. Y el acuerdo inclu¨ªa el compromiso de la Fiorentina a jugar gratis un amistoso en Sevilla.

Y as¨ª fue, y en ocasi¨®n solemne y singular. El 12 de agosto, Jonsson jug¨® con el campo a reventar ante la afici¨®n b¨¦tica, pero con la Fiorentina. El partido celebraba la compra del estadio, construido en 1929 para la Exposici¨®n Universal y propiedad hasta entonces del Ayuntamiento, al que el Betis pagaba un alquiler. Benito Villamar¨ªn lo compr¨® por 14 millones, con lo que dotaba al club de un patrimonio. Se instal¨® en el centro un estrado con una mesa en la que el alcalde y presidente firmaron el acto de la compra, en presencia del arzobispo. El campo dejaba de llamarse Campo de la Exposici¨®n (o Heli¨®polis, por el barrio, en el lenguaje de la calle), para ser rebautizado como Benito Villamar¨ªn. Los jugadores (entre ellos Luis Aragon¨¦s, que se presentaba) aguantaron a pie firme tres cuartos de hora de discursos.

Jonsson no jug¨® ning¨²n partido oficial en el Betis, pero su operaci¨®n aport¨® m¨¢s dinero que la de Del Sol para la compra del campo. As¨ª entr¨® en la historia del club.