La pol¨¦mica sanci¨®n a Demb¨¦l¨¦
Los ni?os hacen lo que ven en casa. As¨ª que Demb¨¦l¨¦ pas¨® por donde los capos del Bar?a le hac¨ªan el corro de la patata a Mateu Lahoz y, para cumplir, le solt¨® a paso de banderillas eso de ¡°muy malo, eres muy malo¡±, y se llev¨® la roja. Mateu encontr¨® en ¨¦l la perfecta escapatoria a la situaci¨®n que estaba viviendo, rodeado de lo m¨¢s florido del Bar?a, que le daba la brasa por la expulsi¨®n de Ara¨²jo. Demb¨¦l¨¦ no sabe lo esencial: que una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas. Se trata de apretar al ¨¢rbitro para fingir victimismo, pero eso tiene su arte. Y no cabe que el ¨²ltimo de la fila llegue y meta la pata.
S¨ª, quiz¨¢ Mateu pudo haber disimulado, como tantos han hecho tantas veces con tantos otros. Pero ocurre que hace mucho que entre los ¨¢rbitros se distribuye la confesi¨®n ominosa de que al Bar?a se le consienten demasiados corros. Con Piqu¨¦, Busquets y Alba al frente, h¨¦roes de La Roja, m¨¢s Messi, que impone, Luis Su¨¢rez, que para qu¨¦ contar, y alguno m¨¢s que se apunta, hace tiempo que agobian a los ¨¢rbitros. No se trata de hacer que rectifique, que eso nunca pasa y menos ahora que hay VAR, sino hacerle sentirse deudor para el futuro y transmitir a la grada y al televisor una sensaci¨®n de perseguidos.
Pero Mateu, que funge de n¨²mero uno, ha cogido la bandera de acabar con eso. Ya se vio en la primera parte, cuando advirti¨® a Luis Su¨¢rez, con mirada de Clint Eastwood: ¡°No te equivoques¡±. ?l, siempre amigo de los jugadores hasta el sobeteo, le puso las peras al cuarto al m¨¢s piante y consentido de los futbolistas de LaLiga. Por eso aquel corro de la patata final era muy contenido, educado, como de oficio, hasta que lleg¨® Demb¨¦l¨¦, el pobre, y por hacer m¨¦ritos hizo un estropicio. Y ahora el Comit¨¦ de Competici¨®n tiene que decidir si un partido o dos, y el segundo es el Cl¨¢sico. Toda una bomba sobre su mesa.