Dos Mundiales en el extremo

Las condiciones clim¨¢ticas extremas han marcado este fin de semana el desarrollo de dos Mundiales, de atletismo y de ciclismo, por motivos radicalmente contrapuestos. Mientras que los maratonianos y los marchadores sufr¨ªan una tortura por la temperatura y la humedad elevadas de Doha; los ciclistas se retiraban con hipotermia o se apajaraban bajo la lluvia del Condado de York.

Los dos sucesos tienen cosas en com¨²n. Sus federaciones internacionales, la IAAF y la UCI, eligieron unas fechas poco aptas para la disputa de sus disciplinas. En el norte de Inglaterra llueve a c¨¢ntaros. Y en Qatar se arrastra un calor sofocante. Recordemos que el Mundial 2022 de f¨²tbol se ha retrasado a diciembre, y eso que los estadios est¨¢n refrigerados. En el descargo de ambas hay que decir que han aplicado protocolos de seguridad con cambios de horarios y de recorridos, que, por lo visto, fueron insuficientes para garantizar una competici¨®n templada y proteger al deportista.

Los dos Mundiales empujan a una reflexi¨®n, en la que tambi¨¦n hay que colocar algunos contrapesos en las balanzas.No podemos olvidar que el ciclismo y el atletismo son dos deportes agon¨ªsticos que llevan intr¨ªnsecos el sufrimiento. Estas carreras no han sido las m¨¢s duras de su historia, pueden preguntarle a Bernard Hinault en Sallanches, donde s¨®lo acabaron 15 corredores.

Y luego hay que dar una oportunidad a dos sedes que ya han demostrado su implicaci¨®n con el deporte. Yorkshire organiz¨® una salida espectacular del Tour de Francia en 2014 y aspira a hacerlo con la Vuelta. Mientras que Qatar, a pesar de su problema de p¨²blico, ha acogido Mundiales de balonmano, ciclismo, gimnasia o motociclismo; eventos internacionales de golf o tenis; Campeonatos Asi¨¢ticos, y presume de un centro de alto rendimiento gal¨¢ctico: el Aspire. El an¨¢lisis debe ser profundo, pero tambi¨¦n sosegado y conciliador.