El Valencia y el pleito Peter Lim-Alemany
Esto ya hab¨ªa pasado en el Valencia, entonces entre Peter Lim, el propietario de tierra ex¨®tica,y Amadeo Salvo, el presidente que le hab¨ªa tra¨ªdo, que conoc¨ªa el f¨²tbol y la ciudad, y que pretendi¨® verle como un socio financiero, no como un propietario, y trabajar con autonom¨ªa. Aquello acab¨® mal. Salvo salt¨®, Peter Lim puso como presidenta a una mujer extra¨ªda de su holding empresarial, Layhoon Chan, que hizo lo que pudo pero no dio con la tecla. El f¨²tbol no es tan f¨¢cil de llevar por alguien que no est¨¢ impregnado de sus usos, tan peculiares.
A Layhoon Chan la sustituy¨® otro hombre del entramado Lim, Anil Murthy, que pronto entendi¨® que le conven¨ªa un lazo con el f¨²tbol real. Contrat¨® a Mateu Alemany, hombre de talento y recorrido, y ¨¦ste dio con la tecla al apostar por Marcelino. El Valencia funciona, pero de pronto vuelve el fantasma de tiempo atr¨¢s: Peter Lim es el due?o, se siente con todo el derecho a tomar las decisiones; Alemany es el gestor de ¨¦xito, su Valencia ha ganado la Copa y ha vuelto a la Champions, se siente igualmente con derecho a tomar decisiones. Anil Murthy, el presidente-encargado, media entre ellos y se ve desbordado.
El dolor del Valencia es que de la ciudad no sali¨® el dinero para resolver los entuertos del pasado, en los que quien m¨¢s puso fue Soler. Sobrevivi¨® malamente con auxilio de las instituciones hasta que apareci¨® un hombre venido del m¨¢s all¨¢, con promesas y dinero. No es que haya atado los perros con longanizas (la promesa del nuevo campo sigue ah¨ª pendiente), pero fue una soluci¨®n en un momento dram¨¢tico del club. Pero una soluci¨®n que lleva en su seno un problema: vive lejos, no se f¨ªa y va a ser dif¨ªcil que el d¨²o Alemany-Marcelino, que trabajan a pie de obra con patente ¨¦xito, le rinda la pleites¨ªa que ¨¦l cree merecer como propietario.