La caza de alta monta?a
¡°Silencio, soledad, esfuerzo¡±. Con estas tres grandes palabras, define la ¡°Cofrad¨ªa Culminum Magister¡±, la caza de alta monta?a. Una modalidad dura. La caza en estado puro.
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"Silencio, soledad, esfuerzo". Con estas tres grandes palabras, define la "Cofrad¨ªa Culminum Magister", la caza de alta monta?a. Una modalidad dura, donde la capacidad f¨ªsica del cazador, juega un papel protagonista. La caza en estado puro.
Una de las especies m¨¢s caracter¨ªsticas de la caza en alta monta?a es el sarrio o rebeco (rupicapra rupicapra) es un herb¨ªvoro de h¨¢bitos diurnos, y muy ligado a la alta monta?a, con un aspecto inconfundible gracias a esos cuernos en forma de gancho que presentan tanto machos como hembras.
Ambos se diferencian por el peso, en la separaci¨®n y grosor de los cuernos. El crecimiento de ¨¦stos es de tipo secundario, pues est¨¢ muy condicionado por la alimentaci¨®n.
Ocupa un rango altitudinal que var¨ªa entre los 2.000 y los 2.900 m en verano, situ¨¢ndose en oto?o entre los 1.700 y 2.000 m.
La caza del rebeco se realiza principalmente mediante recechos en alta monta?a. Se dice que es la modalidad reina en la caza de alta monta?a, debido a su dificultad y a los paisajes de salvaje belleza.
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En cuanto a periodos h¨¢biles var¨ªan en funci¨®n de la especie y la Comunidad Aut¨®noma a considerar, aunque suelen ir desde primeros de agosto hasta finales de oto?o.
Los recechos a los rebecos son de los m¨¢s duro que existen. Las condiciones f¨ªsicas es el principal condicionante de esta caza para que le permita soportar, sin desfallecer, las largas caminatas a trav¨¦s de relieves escarpados.
Que se dan las circunstancias como que la falta de nieve no obligue a los sarrios a buscar cotas m¨¢s bajas y toque subir a buscarlos, que la orograf¨ªa obligue a disparos largos o entradas complicadas, u otras de las que suelen aparecer siempre en la caza.
Es por esto que el cazador de esta especie sea un fan¨¢tico apasionado de la misma, apreciando esta caza y todo que la rodea.
La caza del sarrio o rebeco exige un conocimiento perfecto de la alta monta?a y de sus costumbres. El cazador debe ser, ante todo, un monta?ero que sepa descubrir los peligros de este ambiente hostil. Los peligros a que puede enfrentarse son numerosos y, frecuentemente, imprevistos: tormentas, ca¨ªdas de rocas, resbalones, etc.
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Con las primeras luces del alba el cazador busca con los prism¨¢ticos a los rebecos, que ya se mueven en las primeras horas del d¨ªa. Una vez percibida una pieza, empieza el rececho, la fase m¨¢s delicada de la operaci¨®n. Un cambio brusco del viento puede hacer fracasar todo el rececho, cuando ya estaba presto a disparar. Una distancia ¨®ptima de tiro es de 150 m. A partir de ¨¦sta aumenta el riego de herir al animal.
All¨ª arriba, el silencio se adue?a de las monta?as, la soledad es la mejor compa?era de los recechos y la forma f¨ªsica del cazador, su mejor arma.
?Feliz fin de semana!