Ese esqueleto de multitud en la M-30
Regreso a casa, a una hora indeterminada de la tarde, por el t¨²nel de la M-30, esa obra que me hizo maldecir bastantes meses a Ruiz Gallard¨®n hasta que estuvo terminada. Desde entonces se la agradezco. De repente veo un tap¨®n: carriles de la derecha, cortados, anuncia un luminoso. Me echo a la izquierda y me pongo, paciente, en la cola. Al rato supongo lo que pasa y supongo bien: donde la v¨ªa emerge, a la altura del viejo Calder¨®n, no son practicables los dos carriles de la derecha, que pasan bajo la vieja tribuna. Ya sab¨ªa que est¨¢n tirando el viejo estadio, pero todav¨ªa no hab¨ªa pasado por ah¨ª. Esta ha sido la primera vez.
Sent¨ª un pellizco al ver las gradas semiderruidas. Pronto habr¨¢ ah¨ª un parque bonito, con una fuente, pero a d¨ªa de hoy es exactamente un esqueleto de multitud, como defini¨® Benedetti a un estadio vac¨ªo. Un esqueleto ya medio desmembrado, en el que el tiempo y las alima?as han alterado la vieja armon¨ªa geom¨¦trica. Ah¨ª estuve muchas veces, recuerdo. Ah¨ª vi a Amancio marcar un golazo que celebr¨® patinando de tripa sobre el c¨¦sped h¨²medo, como un hidroavi¨®n amerizando, y ah¨ª vi la delantera Ufarte, Luis, G¨¢rate, Adelardo y Collar, que me hizo sentir que hab¨ªa buen f¨²tbol m¨¢s all¨¢ del Madrid.
Llegu¨¦ a ver el Atl¨¦tico en el viejo Metropolitano, al final de Reina Victoria, en el espacio que ahora rodean las calles Juan XXIII, Santiago Rusi?ol, Conde de la Cimera y Beatriz de Bobadilla. El Atleti mejor¨® al saltar de aquel campo castizo y cochambroso al Calder¨®n, con todos sentados. Ahora ha pegado otro gran salto adelante con el Wanda Metropolitano. Es un campo mucho mejor, d¨®nde va a parar. Pero algo encoge el coraz¨®n al ver en marcha esa demolici¨®n junto a la M-30. Ojal¨¢ pronto esa ruina polvorienta sea por fin un parque con una fuente, para que podamos cerrar el duelo y pasar por all¨ª sin sufrir ese pellizco tan agudo. Ojos que no ven...