Un diez para Feliciano
Roger Federer y Feliciano L¨®pez son de la misma quinta, ambos nacidos en 1981. Durante el presente curso cumplir¨¢n 38 a?os, una edad a la que la mayor¨ªa de los tenistas andan ya jubilados. Ellos, no. Ellos siguen dando raquetazos y levantando trofeos. A Federer ya le ten¨ªamos muy presente, porque contin¨²a en los primeros puestos mundiales y hace menos de un mes disputaba las semifinales de Roland Garros ante Rafa Nadal. Ahora mira a su torneo estrella, Wimbledon, donde se ha coronado ocho veces. Como antesala a la catedral, ha conquistado otro torneo de hierba:Halle. Esta es su d¨¦cima victoria en este escenario, un n¨²mero que le define como tenista: el diez. Los cinco sets de los Grand Slams se le han atragantado ¨²ltimamente al suizo, cuesti¨®n de a?os, pero siempre hay que contar con el rey.
Feliciano no es Roger, obvio, pero su carrera ha sido (es) m¨¢s que digna. Ya le d¨¢bamos por amortizado, en la misma campa?a en que ha alternado la raqueta con la gesti¨®n en el Madrid Open. Al prestigioso Queen¡¯s lleg¨® con una invitaci¨®n, para jugar los dobles con el reaparecido Andy Murray. De paso se fue animando en el individual¡ Y tanto se anim¨®, que este domingo ha logrado su segundo t¨ªtulo en este torneo, que es el s¨¦ptimo como profesional, sin contar la Copa Davis. Cuatro de ellos han sido sobre esta superficie: la hierba le transforma. Feli ha vencido, adem¨¢s, en una semana dif¨ªcil, en la que el sumario de la Operaci¨®n Oikos le se?alaba en una apuesta sospechosa, una acusaci¨®n que asoma con poco peso. Hab¨ªa pensado titular esta columna: Un diez para Federer. Pero he cambiado de opini¨®n: el diez de hoy es para Feliciano.