La primera parada del viaje perico
Despu¨¦s de tanto tiempo, ya no record¨¢bamos qu¨¦ era eso de estar en Europa y todo lo que ello supone. Volvimos a sentir ese cosquilleo que se tiene viendo el sorteo de emparejamientos de una competici¨®n continental. No es comparable a nada. Una mano inocente y unas bolas no solo deciden el futuro de un equipo en el torneo, tambi¨¦n el viaje de muchos de sus aficionados.
?Al espa?olismo le toca viajar a Estonia o Islandia. El duelo que resulte del partido entre ambos equipos, a¨²n desconocidos (obviar¨¦ nombrar a sus casi impronunciables nombres), tendr¨ªa escaso aliciente sin el bonito envoltorio de la Europa League. De uno no supimos nada hasta el sorteo, del otro s¨ª, pero sin saberlo. Solo conoc¨ªamos sus divertidas celebraciones de gol virales.
?Pero no nos llevemos a enga?o, fueron tantos a?os queriendo viajar, que a muchos se nos ha pasado por la cabeza planear el desplazamiento. Nos toca por fin volver a mirar cu¨¢nto cuestan los vuelos, si merece la pena pedir una noche extra en el hostal m¨¢s barato que encontremos porque la ciudad que nos toque visitar merezca la pena y auto convencernos de la importancia de un viaje expr¨¦s de dos d¨ªas que, sin el paraguas futbol¨ªstico, quedar¨ªa completamente injustificado. Jugar en Europa eleva al futbolista pero tambi¨¦n para al aficionado.
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