Juego de Tronos (cap¨ªtulo IV)
Esta columna deb¨ªa haberla escrito ayer, pero el adi¨®s del entra?able Jaime Mir me llev¨® a retrasarla 24 horas. A fin de cuentas, estamos ante un serial que anuncia m¨¢s cap¨ªtulos. La Asamblea Extraordinaria del COE aprob¨® el mi¨¦rcoles los cambios de Estatutos que aseguran un relevo continuista de Alejandro Blanco. El candidato tendr¨¢ que haber sido miembro durante cinco a?os, alguno en los ¨²ltimos cuatro. Antes bastaba con tres. Vaya por delante que Blanco ha hecho una buena gesti¨®n en el COE, al que ha dotado de personalidad y contenido, y es l¨®gico que pretenda la permanencia de su legado. El vicepresidente Marco Rioja explic¨® que la modificaci¨®n busca mantener la independencia ¡°ante poderes econ¨®micos y pol¨ªticos¡±. No se citan nombres, pero el enquistado conflicto Rubiales-Tebas asoma tambi¨¦n aqu¨ª de fondo.
El problema es que el nuevo texto no s¨®lo cierra la puerta a los arribistas, sino tambi¨¦n a personas preparad¨ªsimas, vinculadas con el olimpismo espa?ol. El mejor ejemplo es la exvicepresidenta Theresa Zabell, que ten¨ªa previsto presentarse. Ya no podr¨¢. Tampoco Mercedes Coghen, que en su d¨ªa rivaliz¨® con Blanco. As¨ª lo expres¨® Mar¨ªa Teresa Samaranch durante la Asamblea, una de las pocas voces discrepantes: ¡°Se deja fuera a candidatos valiosos¡±. Otra fue la de Vicente Mart¨ªnez (Tiro con Arco). Y pare de contar. Esto no significa que no haya m¨¢s cr¨ªticos. Los hay y lo expresan en privado, pero guardan silencio p¨²blico. La prueba es que en la votaci¨®n clave estuvieron la mitad de los que son. Unos prefirieron no ir o llegaron despu¨¦s para no validar el cambio. Y otros s¨ª acudieron, pero se diluyeron en el grupo. El trono est¨¢ m¨¢s blindado.