Una tarde ic¨®nica en Cornell¨¤
Europa League. Qu¨¦ ganas ten¨ªa de juntar las letras de esas dos palabras. Resulta dif¨ªcil de explicar el placer que me da ver esas dos palabras ligadas al Espanyol. Tan inexplicable como ese sentimiento perico que tengo, siendo toledano de ra¨ªces extreme?as. A veces, las cosas no tienen explicaci¨®n oportuna. Son y ya est¨¢. Tambi¨¦n resulta dif¨ªcil de explicar que, por fin y tras muchos a?os de sinsabores, de todas las cosas que ten¨ªan que pasarle al Espanyol en una jornada decisiva, le ocurrieron las mejores. El resultado: una tarde para el recuerdo llena de im¨¢genes ic¨®nicas.
Cornell¨¤ ya tiene recuerdos. Ic¨®nico fue ver a Borja Iglesias, el jugador bandera, llevado en volandas por la masa blanquiazul sobre el verde del estadio. Ic¨®nico fue ver a Rubi, el l¨ªder, manteado por sus jugadores. Ic¨®nicas fueron las l¨¢grimas de Darder, el esp¨ªritu, cuando fue sustituido roto de dolor. Ic¨®nica fue la celebraci¨®n de Wu Lei, el segundo chino m¨¢s importante del proyecto tras Mr. Chen, certificando el pase europeo. Ic¨®nica es por s¨ª misma, una sonrisa blanquiazul.
Lo que viene. ?Y ahora qu¨¦? Nos hemos quedado sin ganas de verano incluso antes de que el confeti del fiest¨®n haya sido recogido. Es lo que tiene la ilusi¨®n por lo que vendr¨¢, que hace que no disfrutemos del momento por muy bueno que ¨¦ste sea. Defecto muy propio de los so?adores.