La infancia, la velocidad y el f¨²tbol
El genio inesperado
No es f¨²tbol de un equipo. Es f¨²tbol de una persona. Messi es el genio inesperado. La atenci¨®n que se le presta es la que se le prest¨® a genios antiguos del mismo deporte, como su paisano Di St¨¦fano o como el h¨²ngaro Kubala. Trascend¨ªan sus clubes respectivos, fueron protagonistas de pel¨ªculas, jugaron como adversarios siendo amigos y siendo amigos jugaron juntos. La calidad los junt¨®. Ahora ah¨ª est¨¢, en esa c¨²spide, el muchacho de Rosario, que ya pas¨® de la treintena y sigue siendo el genio inesperado. Le viene de la infancia, ese estadio inviolable en el que la felicidad de esperar lo puede todo.
Carta para Sergio
Los futbolistas se comunican en secreto, a trav¨¦s de palabras, de t¨¢cticas, de accidentes ben¨¦ficos o no, de gestos que s¨®lo significan algo para ellos. Habr¨ªa que aplicar a los relatos de Carrusel una secci¨®n sobre el lenguaje de signos que hay dentro y fuera de los campos de f¨²tbol. No me resisto a dejar de creer que esa falta a lo Panenka que Messi le marc¨® el s¨¢bado al Espanyol en el Camp Nou haya sido un homenaje privado a uno de sus rivales m¨¢s significados, el estupendo central del Madrid, Sergio Ramos, que celebra con alegr¨ªa cualquiera de sus geniales creaciones panenqueras.
Panenka forever
El ¨²ltimo penalti lanzado as¨ª por Sergio salv¨® a la selecci¨®n de Luis Enrique de un traspi¨¦. Espa?a se hab¨ªa enmara?ado ante Noruega en un partido que parec¨ªa gozoso preludio del que se jugar¨ªa en Malta para conmemorar aquella alegr¨ªa que retransmiti¨® el gran Jos¨¦ ?ngel de la Casa. Noruega atragant¨® la fiesta. Y en esto lleg¨® Sergio para devolver el rojo al semblante de Espa?a. No estar¨ªa mal sentir que Messi hizo ese panenkazo para meter, con ayuda de V¨ªctor S¨¢nchez, un gol que encarril¨® al Bar?a fue por el desfiladero donde Granero era un verdugo adolescente.
El regreso de Aspas
Hay jugadores que trascienden las camisetas, aunque se la besen (como hizo Messi), o la exhiban con el orgullo con que Aspas recupera la ilusi¨®n para su club alica¨ªdo. Hay futbolistas que son rellenos y otros que son huecos. Y gente como Aspas, que cuando falta dejan el Atl¨¢ntico vac¨ªo. Si no est¨¢ Aspas lo notan el Celta y el f¨²tbol, de su manera de hacer se nutren tambi¨¦n la Selecci¨®n y los cromos, un chiquillo requerido a la puerta de un colegio para contar sus haza?as. Sus lesiones lesionan gravemente a su equipo, que sufri¨® ante el Villarreal hasta que ¨¦l lleg¨® y, como aquel barbudo cubano, mand¨® a parar.
Ni?os felices
Los grandes juegan para que los ni?os sean felices. Hay en el f¨²tbol algo de esa definici¨®n que hace Luis Landero de la vida. ?l ha escrito una novela en la que la vida familiar es un n¨²cleo que se va sorprendiendo del malestar que lo destruye. La felicidad impera en la infancia, y en mi caso era tan feliz con Di St¨¦fano como con Kubala. Estuve viendo a Messi al lado de ni?os madridistas. Hasta que el muchacho que ten¨ªa a mi lado se dio cuenta de que aquel gol panenqu¨¦s beneficiaba a su rival vi en su rostro la felicidad del f¨²tbol. Por un instante Messi tambi¨¦n fue suyo, no un enemigo.
Alegr¨ªa atl¨¦tica
El Atl¨¦tico es ¨¦pica, poes¨ªa rota de combatientes. Sube a lo m¨¢s alto y desde all¨ª se despe?a. Pero, como pas¨® en Vitoria, se recupera y marca (dec¨ªa Patricia Caz¨®n en As) "goles para olvidar penas". El f¨²tbol es como los disgustos de la adolescencia: duran hasta que alguien te da una alegr¨ªa. Esta vez al Atl¨¦tico lo vino a asistir Thomas, que, por lo que oigo, es un genio intermitente. Ahora, recuperado, los hinchas celebran como si no hubiera pasado nada. Los h¨¦roes del f¨²tbol son como los Reyes Magos, no vienen siempre a tiempo o no te traen lo que pediste. Pero Tur¨ªn no dura siempre.
La frase
"La infancia es la felicidad, la adolescencia amor y el resto es literatura", Luis Landero, madridista, escritor, autor de 'Lluvia fina' (Tusquets).