La Eurocopa de las doce ciudades-sede
Vuelve la Eurocopa. Nos pilla un poco despistados, despu¨¦s de aquel bonito arranque de la temporada de Selecciones que tuvimos con la Liga de Naciones. Las cosas pasan tan r¨¢pidamente (el Madrid va por su tercer entrenador desde aquello) que parece muy lejos, pero fue anteayer. De aquello salieron cuatro finalistas, que se jugar¨¢n el t¨ªtulo en Portugal, y que ser¨¢n Holanda, Inglaterra (que nos dej¨® fuera), Suiza y precisamente Portugal. Adem¨¢s de eso aquellos partidos de septiembre y octubre dejaron un cruce de ascensos y descensos entre las cuatro categor¨ªas en que se estratific¨® el f¨²tbol europeo. Esa divisi¨®n en categor¨ªas me pareci¨® el mayor acierto.
Pero, pasado eso y designados los cuatro finalistas, ahora empieza la propiamente dicha Eurocopa, donde no hay categor¨ªas, sino grupos amplios, de cinco o de seis, de los que se clasificar¨¢n los dos primeros de cada uno. Un largo y tedioso proceso de grupos, en el que pasan cosas como que Espa?a deba jugar dos veces con las Islas Feroe. Ser¨¢n 262 partidos clasificatorios, entre 55 naciones, de los que saldr¨¢n veinte para la fase final. A esos se les a?adir¨¢n otros cuatro, procedentes de la Liga de Naciones, no justamente los cuatro finalistas, sino cuatro extra¨ªdos por una f¨®rmula razonable pero tan compleja que me cost¨® entender y renuncio a explicar aqu¨ª.
La novedad de esta XVI Eurocopa est¨¢ en su fase final,que se disputar¨¢ en doce pa¨ªses, en lugar de uno, como casi siempre, o m¨¢ximo dos, como pas¨® cuando ganamos la del 2008 con el a?orado equipo de Luis Aragon¨¦s. Las doce ciudades abarcan desde Dubl¨ªn a Bak¨², de Bilbao (donde jugar¨¢ Espa?a, si se clasifica, como suponemos) a San Petersburgo en una especie de abrazo entre el f¨²tbol y Europa que sirve para repartir gastos, ingresos y ganancias y tambi¨¦n para insistir en el car¨¢cter del deporte como integrador de comunidades. No olviden nunca que la Copa de Europa naci¨® en 1955, dos a?os antes del Tratado de Roma, y contra viento y marea.