El Espanyol llega a puerto conocido pero no deseado
Las temporadas no acaban en el ¨²ltimo partido del mismo modo en que no empiezan en el primero. Es una de las tantas peculiaridades del f¨²tbol de ¨¦lite. Los a?os deportivos llegan a su fin cuando se consiguen los objetivos que se fijaron en el tiempo en que todav¨ªa se disfrutaba del clima veraniego o, en su defecto, terminan cuando ¨¦stos se hacen inviables por la irregularidad en la competici¨®n donde m¨¢s prima sin prefijo, LaLiga.
El pitido que supuso el final de la racha liguera del Espanyol ante el Sevilla fue mucho m¨¢s que un punto final a una racha o a un partido, supuso adem¨¢s, el fin de la temporada del primer proyecto de Rubi como blanquiazul. Un proyecto y un a?o que podr¨ªamos calificar como bipolar. El m¨¢s bipolar que se recuerda, de hecho, donde los barcos de ilusionados y sus ant¨®nimos parecieron navegar bien amarrados.
La llegada a puerto antes de tiempo no implica una llegada al destino deseado, aunque la llegada a tierra tambi¨¦n tiene lecturas que pudieran ser positivas. Al que llega, por ejemplo, se le presupone que evitar¨¢ tempestades que pudieran terminar en hundimiento. El Espanyol, est¨¢ en ese puerto que tanto visita desde hace algunos a?os, ese que est¨¢ en tierra de nadie, y al menos, de momento, parece estar a salvo.