LA PIZARRA T?CTICA
El f¨²tbol puso en su sitio al Madrid
Los de Solari empezaron a perder por la fanfarroner¨ªa de Ramos de provocar la tarjeta en el partido de ida.?El central sostuvo a su equipo en ?msterdam y su ausencia termin¨® por descoordinar a una l¨ªnea defensiva decadente. Carvajal es una sombra de lo que era, Varane ha perdido la firmeza y Nacho la regularidad, que era su principal aval para haberse consolidado en la plantilla. Reguil¨®n llega hasta donde llega y Casemiro ya no rectifica nada. No comenz¨® mal el equipo de Solari, pero el primer gol holand¨¦s tras un error de Kroos le aturdi¨®. No digiri¨® el golpe. El Ajax se creci¨® con un Tadic categ¨®ricamente extraordinario, escoltado en ataque por Ziyech y Neres. De Jong llev¨® la manija y acredit¨® la apuesta importante que ha hecho el Barcelona.
Cada contra del Ajax fue un dolor para el Madrid. Los persistentes fallos en las entregas, con un Kroos y Casemiro desastrosos (34 balones p¨¦rdidos), abastecieron al conjunto holand¨¦s, fulgurante en las transiciones. El Madrid presionaba al poseedor del bal¨®n sin vigilar las zonas liberadas. Todo fue demasiado f¨¢cil para el Ajax. Ni la transparencia defensiva de los de Ten Hag permiti¨® al Madrid meterse en alg¨²n momento de lleno en el partido. Su precipitaci¨®n y falta de ideas result¨® tremenda. Aunque el Madrid dispuso de ocasiones (que Varane fuera el mayor peligro es definitorio), el fantasma de Cristiano es alargado. Sobre el portugu¨¦s descansaba el proyecto de un equipo que empez¨® a agotarse la temporada pasada. Zidane lo vio y se march¨®. Sin f¨²tbol no suele haber recompensa. Lo peor para el Madrid es que le ha derribado un rival que seguramente no gane la Champions salvo haza?a mediante. Su bochorno apunta a una planificaci¨®n deportiva que nunca ha existido como tal.
Descolocados
El 0-2 del Ajax simboliz¨® el disparate madridista. Carvajal estaba en la banda contraria despu¨¦s de una acci¨®n de bal¨®n parado del Madrid. A Modric y Lucas les toca tapar ese espacio, pero Neres le gana la partida. Tadic hizo lo que quiso con Casemiro en el interior.