La primera visita liguera del Madrid al Levante
Santiago Bernab¨¦u quiso tener un filial en el Mediterr¨¢neo. Consigui¨® una cl¨¢usula que le daba derecho de tanteo para fichar a cualquier jugador surgido en el Levante.
Llegaba la pen¨²ltima jornada de la 63-64 y la afici¨®n del Levante estaba entusiasmada. Era la temporada del debut en Primera, y a falta de dos jornadas hab¨ªa asegurado la permanencia, justo el domingo anterior, con un 2-2 en Elche. Para celebrarlo, recib¨ªa la visita del Madrid que, a su vez, acababa de cantar el alir¨®n. Ahora, dec¨ªa la gente, a ganar al Madrid. Las pe?as incluso hicieron una colecta para dar una prima extra al equipo si lo consegu¨ªa. Hab¨ªa incluso quien hablaba de aumentar la prima si la victoria era por m¨¢s de un gol.
Y eso que no hab¨ªa nada contra el Madrid, sino al rev¨¦s. Bernab¨¦u hab¨ªa apoyado mucho al Levante en a?os recientes, cedi¨¦ndole jugadores estimables. Primero el interior Sim¨®n, paisano suyo de Almansa. Luego, Montejano, un estupendo medio al que persiguieron las lesiones. No se llamaba Montejano, ese era un apodo con el que empez¨® a jugar clandestinamente. Se llamaba, y se llama, Santiago G¨®mez Pintado, y no es otro que aquel que no hace tanto se present¨® a la presidencia del club blanco con el reclamo de Bueno para el Madrid. Luego, Jose¨ªto, ya veterano, pero ganador de las primeras Copas de Europa con Di St¨¦fano. Y m¨¢s tarde, Gento III, que contribuy¨® al hist¨®rico ascenso. Gento ten¨ªa dos hermanos, Julio y To?¨ªn, Gento II y Gento III para el f¨²tbol. A los dos los fich¨® Bernab¨¦u, pasaron por el filial, el Plus Ultra, y jugaron alg¨²n amistoso con el Madrid. Hicieron estimables carreras a caballo de Primera y Segunda.
No, no hab¨ªa nada contra el Madrid, pero hac¨ªa ilusi¨®n ganarle. Adem¨¢s, no hac¨ªa ni un a?o que los blancos hab¨ªan pasado por all¨ª, en octavos de la Copa, y hab¨ªan ganado 1-4. No import¨® demasiado, porque para aquellas fechas el Levante s¨®lo pensaba en la promoci¨®n ante el Depor que le podr¨ªa llevar al ascenso, como as¨ª fue.
As¨ª estaba el ambiente cuando se produjo una decepci¨®n: el Madrid iba a viajar con suplentes. Tres d¨ªas despu¨¦s ten¨ªa en Z¨²rich la ida de semifinales de Copa de Europa, as¨ª que decidi¨® reservar. Ahora dir¨ªamos rotar. A Valencia no ir¨ªan ni Amancio ni Di St¨¦fano ni Puskas ni Gento. Tampoco Muller ni Santamar¨ªa. S¨®lo tres titulares, Zoco, Pach¨ªn y Felo. M¨¢s F¨¦lix Ruiz, que reaparec¨ªa tras una fractura de clav¨ªcula sufrida 80 d¨ªas antes, ante el Milan, por una zancadilla de Rivera.
A pesar de eso, el 19 de abril el viejo campo de Vallejo reventaba de un p¨²blico deseoso de aplaudir a sus h¨¦roes.
El partido empez¨® con una desgracia. En el 11', F¨¦lix Ruiz penetra en el ¨¢rea, le zancadillea Pedre?o y cae... sobre la clav¨ªcula. La misma ca¨ªda que cuando se le cruz¨® Rivera. Tiene que salir del campo. Es penalti, lo tira Evaristo y lo para Fern¨¢ndez. Pero la gente piensa en F¨¦lix Ruiz. Era un jugador joven querido, hab¨ªa ido a la selecci¨®n, y esa repetici¨®n de la fractura en la clav¨ªcula dej¨® mal cuerpo a todos.
El partido qued¨® raro. Lo resolvi¨® un golazo de Manol¨ªn Bueno, en jugada magistral, en el 35'. En la segunda parte se embronc¨®. Dom¨ªnguez y Felo fueron expulsados por agresi¨®n mutua. El Madrid, con nueve contra diez, se defendi¨® como gato panza arriba, con buena actuaci¨®n de su tercer portero, el entonces semidesconocido Betancort.
Pero eso no agri¨® las relaciones entre los clubes. De aquel equipo el Madrid fich¨® al lateral Antonio Calpe, jugador de dinast¨ªa: su padre y su hermano tambi¨¦n fueron jugadores granotas. Calpe ser¨ªa pieza importante en el Madrid ye-y¨¦, que estaba por aparecer. Con el fichaje, el Madrid cedi¨® a Echarri y Bernab¨¦u consigui¨® una cl¨¢usula que le daba derecho de tanteo para fichar a cualquier jugador surgido en el Levante. En realidad, seg¨²n me coment¨® un colaborador suyo, Bernab¨¦u siempre tuvo la idea de tener un Plus Ultra junto al Mediterr¨¢neo. De ah¨ª tanta cesi¨®n al Levante. Siendo aquella zona m¨¢s pr¨®xima geogr¨¢ficamente al Bar?a, quer¨ªa contrarrestar.
Aquel convenio no dio mucho de s¨ª, y Bernab¨¦u pas¨® despu¨¦s a apoyarse en el Castell¨®n, con cuyo presidente, Emilio Fabregat, El Onassis de El Grao, hizo gran amistad.
El Castell¨®n lleg¨® a jugar una final de Copa en la 72-73, una temporada en la que la mitad de su plantilla era de cedidos del Madrid, o exmadridistas a los que Bernab¨¦u empuj¨® discretamente all¨ª. Entre ellos, Vicente Del Bosque.