Victoria m¨ªnima de un Bar?a m¨ªnimo
Acab¨® el partido del Camp Nou y Piqu¨¦ compareci¨® ante el micr¨®fono de Ricardo Sierra. Se le vio preocupado. De las cosas buenas que tiene Piqu¨¦, la m¨¢s destacada quiz¨¢ sea que no sabe disimular, ni lo pretende. As¨ª, las cosas no van, vino a decir, y habl¨® del martes con preocupaci¨®n. El martes hay Champions ante el Olympique, en Lyon, y esa competici¨®n no admite sesteos a estas alturas. Luego, Amor puso pomada a esas declaraciones en su comparecencia ante M¨®nica Marchante. Amor est¨¢ ah¨ª precisamente porque ¨¦l s¨ª sabe disimular. Pero en el gesto grave se detectaba preocupaci¨®n. El Bar?a se atasca.
Los puntos los salv¨®, desde luego, si bien con el m¨ªnimo brillo. Un solo gol, de penalti m¨¢s bien imaginario. Es cierto que luego hubo uno ¡®de verdad¡¯, que Masip par¨® a Messi, y que esa no fue la ¨²nica parada de la noche de este portero, criado en La Masia. Un buen portero, uno de esos jornaleros de la gloria que no alcanzan el brillo de colegas m¨¢s dotados o afortunados, pero que dignifican el oficio. Con alg¨²n otro gol que acompa?ara al de ese penalti golfo, el Bar?a quiz¨¢ se sentir¨ªa mejor a estas horas. Pero no lleg¨®, y la pobreza del resultado se acomoda bastante a la pobreza del juego del Bar?a. Y adem¨¢s esta vez no fue por ausencia de Messi.
Porque Messi hizo un buen segundo tiempo, sobre todo cuando Luis Su¨¢rez compareci¨® en el puesto de Boateng, cuya presencia en el ataque del Bar?a cuesta comprender. Messi, dec¨ªa, jug¨® bien la ¨²ltima media hora del partido, pero era un extra?o en un desconcierto de pases imprecisos, y sus mejores entregas arriba se perd¨ªan por los errores de sus compa?eros. Incluido Luis Su¨¢rez, cuyos clamorosos fallos no hubieran sido empeorados por Boateng. El juego ordenado pero sin filo del Valladolid tuvo enfrente a un Bar?a lento y cargado de imprecisiones. El resultado fue un partido pobre, con un resultado a¨²n m¨¢s pobre.