El escarnio con Isco, visto desde cuatro puntos de vista
El ¨²ltimo mono. Si abrimos un poco el foco del caso Isco, puede que haya cometido errores, en sus actos y en sus Redes Sociales, o que incluso se haya equivocado faltando al respeto al nuevo entrenador. Incluso siendo as¨ª lo ha pagado ya con creces. Pasar de bandera del proyecto a ¨²ltimo mono es un salto tan exagerado como il¨®gico para uno de los talentos m¨¢s importantes que tiene la plantilla blanca. Tampoco se le ha protegido demasiado cuando se ha dudado de su profesionalidad, de su forma de entrenar o de su peso. Elegir a Brahim por delante de ¨¦l en el Villamar¨ªn ya suena a recochineo. Puede que la previsible interinidad de Solari inviten a un ejercicio de paciencia al jugador, pero estas batallas se hacen largas y s¨®lo hay perdedores.
El perfil de Solari. Tras el partido de Sevilla, el t¨¦cnico madridista hac¨ªa un paralelismo sobre la mano de Benzema, al hilo de su ¨²ltima lesi¨®n. "En realidad tiene manos en los pies", queriendo enfatizar su gran manejo del bal¨®n. En el caso Isco, habr¨¢ que decir que Solari ten¨ªa mejor pierna izquierda que mano izquierda muestra como t¨¦cnico. El que se supon¨ªa iba a ser un entrenador de talante dialogante, de buen manejo del entorno y cercano a los jugadores, estilo Ancelotti o Zidane, ha abierto una brecha. Seguro que en el club se aplaude la mano dura o la apuesta estrat¨¦gica por los j¨®venes, pero la falta de naturalidad y la incomodidad con la que el entrenador est¨¢ manejando el 'caso Isco' en cada rueda de Prensa salta a la vista. Es cierto que, desde lo futbol¨ªstico, aboga por jugadores m¨¢s verticales o profundos, pero el evidente ninguneo no se puede entender en clave de bal¨®n.
Ramos y el vestuario. No estuvo afortunado el capit¨¢n cuando asegur¨® que la soluci¨®n al caso Isco no era f¨¢cil. Se agradece la sinceridad, pero el brazalete obliga a cuidar a los que tienen feeling contigo y a los que no, mucho m¨¢s all¨¢ de los interesantes particulares.
La depreciaci¨®n del futbolista. La postura del club, que es la manera pol¨ªtica de referirse al presidente, resulta tambi¨¦n llamativa. El Madrid no pone ning¨²n medio para evitar la depreciaci¨®n de un futbolista con mercado, que hoy cuesta varios millones menos que hace dos meses. Nos tragar¨ªamos aquello de que el club no se mete en el trabajo del entrenador, si no hubi¨¦semos comprobado de primera mano la vehemencia con la que se hizo defender la titularidad de Courtois o la demanda de minutos para Vinicius. Vamos, que el club, o sea Florentino, toca las teclas necesarias para poner el viento a favor de sus causas.