El sistema que transform¨® al Legan¨¦s
En casi nada se parecen el Madrid y el Legan¨¦s a los equipos que se enfrentaron en la tercera jornada de LaLiga. La trayectoria errante del primero contrasta con el desarrollo competitivo del segundo. Las vacilaciones iniciales de Pellegrino, intimidado por el pasado triunfante de Garitano, desembocaron en un cambio de sistema que afianz¨® la estructura y promovi¨® un encuadre ofensivo que encaja con el perfil de la plantilla. Con el dibujo de tres centrales y dos carrileros (5-3-2 o 3-5-2 en funci¨®n de la fase del juego), el Legan¨¦s ha encontrado una identidad que le aleja de la derrota.
Los m¨²ltiples retoques que har¨¢ Pellegrino en la alineaci¨®n del Bernab¨¦u no mudar¨¢n la piel del Legan¨¦s. Es un equipo notorio en el bal¨®n parado (siete goles este curso), fren¨¦tico en su modelo y huidizo de la posesi¨®n de bal¨®n y de la horizontalidad (43 pases largos de media). Su estrategia de ataque enfoca a los costados (31 jugadas por la izquierda y 23 por la derecha). Desde ah¨ª busca centros laterales, casi 15 por partido, con el prop¨®sito de aprovechar la acumulaci¨®n de jugadores en el ¨¢rea contraria que propone. El Legan¨¦s re¨²ne a sus dos referencias ofensivas, uno o dos futbolistas de la medular y al otro carrilero en zona de finalizaci¨®n, una postura que complica extremadamente la protecci¨®n del rival. El Alav¨¦s o el Sevilla ya la sufrieron. La posible titularidad de Gumbau en la banda izquierda, el multiusos de Pellegrino, resta profundidad al juego blanquiazul, pero no aminora su capacidad de golpeo. A Solari le puede surgir la duda de c¨®mo interrumpir el avance del Legan¨¦s por las alas. Si los laterales blancos (Odriozola y Reguil¨®n) se ocupan de inicio del carrilero, quedar¨¢ un amplio vac¨ªo a su espalda. Si son los extremos (Lucas y Vinicius), los de Pellegrino gozar¨¢n de ventaja num¨¦rica en el interior con la agudeza de Rub¨¦n P¨¦rez o El Zhar. Este no es un asunto balad¨ª por las dificultades del Madrid en el balance.

A la solidez defensiva del Legan¨¦s tambi¨¦n le favoreci¨® el nuevo esquema. Se extiende bajo un 5-3-2 o 5-4-1, con un bloque muy arropado atr¨¢s y eficaz (cinco goles recibidos en los ¨²ltimos diez partidos). Las situaciones en contra vienen determinadas m¨¢s por errores de concentraci¨®n o de marcaje que por deficiencias colectivas se?aladas. Existe una tendencia en los tres centrales por la que ninguno de ellos termina de estrechar las vigilancias sobre los delanteroS rivales por desarreglos posicionales. El Legan¨¦s tampoco tolera bien las rupturas entre el pasillo que se crea entre el central y el carrilero. Son las carencias de un equipo mejorado desde su temprana visita al Bernab¨¦u en septiembre. El Madrid tambi¨¦n es otro.
