La final de Plattko y Alberti dur車 un mes, una semana y un d赤a
La final de Copa de 1928, disputada entre el Barcelona y la Real Sociedad en El Sardinero, dej車 para la posteridad la oda del escritor al portero.
El reciente episodio de la final赤sima de la Libertadores, que consumi車 la atenci車n de todos desde el 10 de noviembre al 9 de diciembre, me recuerda uno muy sonado de nuestro f迆tbol de la preguerra. La final de Copa de 1928 acab車 un mes, una semana y un d赤a despu谷s de su comienzo. Por medio se desarrollaron los JJ OO de ?msterdam.?
Y dej車 para la posteridad la Oda a Platko, de Rafael Alberti.
La final empez車 el 20 de mayo, en El Sardinero. Llegaron a ella el Barcelona y la Real Sociedad, en medio de una fuerte rivalidad. Ese a?o se jug車 un fugaz Torneo de Campeones, antecedente de la Liga, en el que participaron solo los que hab赤an ganado alguna vez la Copa, y el primero era el Bar?a y el segundo la Real. El Bar?a ya era abiertamente profesional, los jugadores de la Real aun eran amateurs, y aquel era un tiempo en el que para muchos el profesionalismo era algo abyecto. De hecho, la FIFA estaba advertid赤sima por el COI por mandar profesionales a los JJOO.
Viajaron trenes especiales de las dos ciudades al partido. El suceso atrajo la atenci車n de figuras de la sociedad, como Carlos Gardel (amigo personal de Samitier, estrella del Bar?a) o Paulino Uzcudun. Rafael Alberti asisti車 tambi谷n, tentado por su amigo Jos谷 Mar赤a de Coss赤o, que adem芍s de taurino fue futbolero. Lleg車 a presidir el Racing.
El Sardinero ampli車 su capacidad con unas obras que terminaron justo para el partido. El d赤a de la final hubo galerna. Lluvia, viento muy fuerte, el mar rugiente all赤 al fondo. El partido fue ardoroso, en el campo y en las gradas. Alberti lo contar赤a luego como algo brutal, con heridos, culatazos de la Guardia Civil y carreras del p迆blico.?"M芍s una lucha regional que deportiva". El p迆blico local se decant車 por los donostiarras.
Le impresion車 Plattko (谷l escribi車 Platko, error com迆n). En una jugada de gol se ech車 a pies de Amadeo y se llev車 en la cabeza la patada que iba destinada al bal車n. Sali車 conmocionado y sangrante, la gente pens車 en algo grave. No hab赤a cambios, su puesto lo ocup車 el interior Arocha. Pronto fue Samitier el que sali車 con la cabeza abierta, tras un choque con Mariscal. El Bar?a estaba con nueve, uno de ellos un portero de pega. Plattko volvi車. Luego volver赤a tambi谷n Samitier. La Real apret車 y Plattko estuvo heroico en la tempestad, recibiendo las cargas de sus rivales, salvando tiros imposibles. Tras cada esfuerzo, le costaba levantarse, pero salv車 a los suyos. El partido acab車 1-1, tras pr車rroga. Aquello inspir車 a Alberti, que el 27 de mayo publicar赤a en La Voz de Cantabria, su Oda a Platko.
Gardel visitar芍 en el hospital a Plattko, junto a Samitier, que lleva la cabeza vendada. Una foto les muestra junto a la cama del portero h迆ngaro, muy maltrecho.
Hubo que jugar de nuevo, con un d赤a de descanso, el 22. El tiempo est芍 m芍s calmado, aunque el campo sigue embarrado y mal reparado. Esta vez arbitra Escart赤n, en lugar de Vallana, al que culpan de no haber frenado los excesos del choque anterior. No pueden jugar ni Plattko ni Samitier. Por la Real repiten todos. Hay rescoldos de la pelea, lo mismo en el campo que en la grada. La Guardia Civil tiene que intervenir de nuevo varias veces. Escart赤n expulsa a Guzm芍n y Chol赤n, uno por bando. El partido llega al final 1-1, de nuevo hay pr車rroga, que no cambia el resultado. Escart赤n consulta a los capitanes si est芍n dispuestos a jugar otra pr車rroga, pero no hay fuerzas. Est芍n todos en carne viva.
Y llega el problema. ?Cu芍ndo jugar? Se echan encima los JJOO de ?msterdam y en la lista de 17 seleccionados hay 9 de la Real, todos amateurs. No queda tiempo para otro partido. Se considera la idea de jugar el d赤a siguiente a puerta cerrada (la tensi車n en las gradas era insoportable) pero la Real dice que ni hablar y sale de viaje ya hacia su casa. El Bar?a no quiere jugar tras los JJOO, porque tiene una gira por Am谷rica, con beneficios muy jugosos. De nuevo el profesionalismo en las discusiones#
Todo queda en el aire. Los dos equipos son recibidos como campeones al llegar sus ciudades, Los de la Real salen casi de inmediato hacia ?msterdam, donde Espa?a debuta el 30, ante M谷xico, en octavos de final, y gana 7-1. El 1 de junio, en cuartos, empata 1-1 con Italia. Hay que desempatar, el 4 de junio, e Italia nos arrasa: 7-1. Los realistas, base de la selecci車n, no pod赤an m芍s.
Mientras, se ha llegado a un acuerdo: la final, tambi谷n en El Sardinero, se jugar芍 en su tercera versi車n el 28 de junio. Plattko sigue sin poder jugar. El que s赤 est芍 es Samitier. Esta vez, ya con campo seco y bien igualado, el Bar?a, m芍s t谷cnico, se impone 3-1 y se queda la Copa.
&ODA A PLATKO*, DE RAFAEL ALBERTI
Ni el mar,
que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que m芍s rug赤a.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
rubio Platko de sangre,
guardameta en el polvo,
pararrayos.
No nadie, nadie, nadie.
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
Camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastr芍ndote.
Platko, Platko lejano,
rubio Platko tronchado,
tigre ardiente en la yerba de otro pa赤s.
?T迆, llave, Platko, tu llave rota,
llave 芍urea ca赤da ante el p車rtico 芍ureo!
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Volvi車 su espalda al cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas sin viento.
El mar, vueltos los ojos,
se tumb車 y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por ti, sangre de Hungr赤a,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.
No nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar.
Fueron diez r芍pidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al coraz車n de la esperanza.
Fue tu vuelta.
Azul her車ico y grana,
mando el aire en las venas.
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin plumas,
escalaron la yerba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
?Y todo por ti, Platko,
rubio Platko de Hungr赤a!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abri車 una brecha.
Nadie, nadie se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
?Oh, Platko, Platko, Platko
t迆, tan lejos de Hungr赤a!
?Qu谷 mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no, nadie, nadie, nadie.