El Madrid gana, Solari se aguanta ah¨ª...
Mientras Argentina se tira de los pelos por la estrepitosa ca¨ªda del River Plate (bander¨ªn de reclamo del f¨²tbol argentino, salvando de eso a Boca, y de todo el f¨²tbol sudamericano en la ocasi¨®n), el Madrid sac¨® ayer adelante su compromiso ante el Kashima, el gran adalid del f¨²tbol japon¨¦s. A fuer de sinceros, no se trat¨® de un partido que el Madrid pueda colgar en el marco de honor de sus grandes proezas. S¨ª lo podr¨¢ hacer Bale, ese campe¨®n equ¨ªvoco que tiene la carrera de Gento y algo del tino de Puskas. Sus tres goles definieron un partido que por otros conceptos no se alej¨® demasiado de los cantes que dio el Madrid en Huesca y ante el Rayo.
Pero el resultado es estupendo, y de eso se trata. Estamos en el Mundialito, concebido en su d¨ªa como un torneo en el que los mejores de Europa y Sudam¨¦rica, previo librarse de los ganadores de otros continentes, dirimieran entre s¨ª la vieja Intercontinental, ahora legitimada por esas confrontaciones previas. Ocurre que ya nada est¨¢ tan claro. Que el campe¨®n de Sudam¨¦rica, en este caso el River Plate, ya no es tan claramente superior a los campeones de otros espacios geogr¨¢ficos. Cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil sostener el principio de que Sudam¨¦rica tiene derecho a una plaza en al semifinal porque s¨ª. River ha hecho da?o a esa causa.
Ahora vamos a una final entre el Real Madrid y el Al Ain, evidentemente desproporcionada. Pero es lo que hay. Existe un mundo rico, que se lleva los mejores futbolistas del mundo y deja para los dem¨¢s el resto. Esta final tiene una transgresi¨®n mayor que otras, puesto que uno de los participantes ni siquiera es campe¨®n de una Confederaci¨®n. S¨®lo es el campe¨®n local. Es un riesgo que se corr¨ªa al hacer as¨ª la competici¨®n, que tanto ha evolucionado desde que era un choque, a ida y vuelta, entre el campe¨®n sudamericano y el europeo. En todo caso, la evidencia insistente es que el Madrid vuelve a estar ah¨ª. Ahora con Solari. Ojal¨¢ aguante.