Granero: la cultura ¡®pirata¡¯
Tuve la suerte durante la ni?ez de tener una colecci¨®n con lo Mejor de los Mundiales en VHS que me pon¨ªan mis padres en bucle como si de dibujos animados se tratara. Quiz¨¢ fuera inducido, tampoco he querido preguntarlo, pero aquello provoc¨® una pasi¨®n a la que no veo fin. Me considero felizmente casado con el f¨²tbol y su cultura. La cultura balomp¨¦dica que siempre he defendido no guarda ninguna similitud con la etiqueta que la gente est¨¢ empe?ada en poner a los futboleros. Es cierto que no ayudan las extravagancias de la mayor¨ªa de jugadores de hoy, hace poco conocimos las de Mbapp¨¦ y c¨ªa. Mayordomos, jets y primas por aplaudir a la afici¨®n, porponer un ejemplo. Me pregunto qu¨¦ hubiera exigido alguien como Esteban Granero en su lugar.
El Pirata es un futbolista inclasificable. No solo es rockero, lector empedernido o escritor de poes¨ªa, Granero es el soplo del f¨²tbol de antes, ese f¨²tbol en que los jugadores aprovechaban las largas horas de concentraci¨®n para tener una vida corriente. Antes no ten¨ªan Instagram, pero tambi¨¦n es cierto que siguen existiendo, por ejemplo, los libros.
Al Pirata sus vicios le vienen de la infancia, esta misma semana confesaba que no le dejaban bajar a jugar hasta que no leyera media hora. No es casualidad que todos los buenos h¨¢bitos vengan as¨ª. Al fin y al cabo, los futbolistas son solo un ejemplo, la cultura tiene que venir guiada de cuna.