Coordinaci¨®n entre administraciones
Jos¨¦ Ram¨®n Lete, secretario de Estado para el Deporte entre 2016 y 2018, da su visi¨®n en esta tribuna sobre los aspectos que debe abordar la nueva Ley del Deporte, en la que trabaja el CSD y que debe sustituir al texto de 1990.
Consecuencia del claro sentir mayoritario del sector, nadie parece discrepar ya sobre la necesidad de un nuevo marco jur¨ªdico para el deporte espa?ol. Un nuevo marco que comience y pivote sobre una nueva Ley en la que asentar el crecimiento de nuestro sistema deportivo, un sistema que pese a sus d¨¦ficits ha sido y es exitoso, y debe identificarse desde luego tambi¨¦n como producto de la norma que ahora se pretende superar.
La del 90 fue una buena ley para nuestro deporte, y no parece necesario abordar ninguna revoluci¨®n que desmorone los cimientos que fij¨®, y que han hecho que este pa¨ªs de 47 millones de habitantes haya alcanzado en las ¨²ltimas d¨¦cadas, y contin¨²e haci¨¦ndolo, resultados en el primer orden internacional. Espa?a ha logrado una riqu¨ªsima realidad polideportiva que, en muchos casos, transciende adem¨¢s de lo meramente competitivo. Nuestras Selecciones, deportistas y clubes, o los eventos celebrados en este pa¨ªs, son un influyente elemento que nos visibiliza y posiciona internacionalmente, mostrando la mejor cara de la Espa?a del siglo XXI. El deporte es un elemento universal por encima de diferencias socioculturales o ling¨¹¨ªsticas, y el deporte espa?ol refuerza y respalda nuestra posici¨®n como pa¨ªs en otros lugares del planeta.
Es para garant¨ªa de esta realidad para la que se debe plantear una nueva norma que, a mi juicio, deber¨¢ comenzar por dotar al sistema de una mejor y mayor planificaci¨®n y coordinaci¨®n desde las propias Administraciones p¨²blicas. Siempre desde el evidente respeto competencial y de los principios que rigen las relaciones interadministrativas, el Estado debiera de asumir una funci¨®n de programaci¨®n y direcci¨®n de objetivos comunes que permitan al conjunto del deporte espa?ol seguir desarroll¨¢ndose, teniendo en cuenta adem¨¢s la propia naturaleza espec¨ªfica y complejidad del hecho deportivo, as¨ª como tambi¨¦n la caracter¨ªstica autonom¨ªa de las entidades que conforman su estructura.
Del mismo modo, y en cuanto a estas mismas entidades, cabr¨ªa avanzar tambi¨¦n en una m¨¢s adecuada definici¨®n y regulaci¨®n de sus funciones y competencias, as¨ª como en la de los est¨¢ndares de gobernanza, control y gesti¨®n, incluida evidentemente la financiera, que salvaguarde no solo ya los intereses del sistema deportivo y de quienes lo conforman, sino la propia esencia del deporte y su consideraci¨®n en valores por el conjunto de la ciudadan¨ªa.
Del mismo modo, habr¨ªa de identificarse como pilar de la nueva norma la protecci¨®n integral y el acompa?amiento continuado del deportista, donde se garantice su preparaci¨®n y dedicaci¨®n, y se protejan sus derechos, de muy distinta ¨ªndole y naturaleza, frente a pr¨¢cticas abusivas. La salvaguardia del menor, la igualdad de g¨¦nero, el deporte para personas con discapacidad o el deporte inclusivo ser¨ªan asimismo parte principal de esta final garant¨ªa en la protecci¨®n de los derechos de todos y de cada uno de los deportistas. Y, c¨®mo no, la financiaci¨®n. Una financiaci¨®n p¨²blica eficaz, unos incentivos reales y efectivos a la participaci¨®n privada y unos mecanismos de solidaridad financiera cabr¨ªan ser enumerados como posibles puntales para el sostenimiento a largo plazo del sistema en todos y cada uno de sus niveles, y siempre en igualdad de condiciones.
Junto a ello, la justicia deportiva, la ordenaci¨®n del ejercicio de los profesionales del deporte, el deporte profesional, la competici¨®n deportiva y la actividad f¨ªsica¡ son considerables las materias que cabr¨¢ abordar, ya no s¨®lo en la pr¨®xima Ley del Deporte espa?ol, sino en el nuevo marco regulatorio que a partir de ella se procure construir para nuestro sistema deportivo. Un nuevo marco que pretendemos est¨¦ pegado a su especificad, a su compleja y rica realidad y omnicomprensivo de sus m¨²ltiples efectos sobre la sociedad.