La Ryder Cup une a Europa
El golf internacional regres¨® con dos torneos de los circuitos europeo y americano, el Alfred Dunhill y el Safeway Open. Siempre los jueves. Cuatro d¨ªas despu¨¦s de la Ryder Cup, todav¨ªa se saboreaba el regusto de uno de los desaf¨ªos m¨¢s vibrantes del deporte mundial. Estados Unidos llegaba a Versalles con un equipazo, subidos en la ola de la resurrecci¨®n de Tiger Woods, con once jugadores en el top-20 del ranking por s¨®lo seis del rival, con 31 majors conquistados por los suyos contra ocho de los continentales... Ante estos n¨²meros, a Europa se la ve¨ªa muy peque?ita, como escrib¨ª en esta misma columna. Pero tambi¨¦n a?ad¨ª que en la Ryder Cup, cualquier cosa puede ocurrir... Como en la vieja Copa Davis de tenis. Y lo que ocurri¨® fue que Europa avasall¨® a USA por 17,5 a 10,5.
La diferencia fue la cohesi¨®n del grupo. Y eso es tambi¨¦n lo m¨¢s curioso. Mientras que un pa¨ªs tan patri¨®tico como Estados Unidos anduvo todo el torneo a la gresca, Europa hizo pi?a con jugadores de seis nacionalidades diferentes: cinco ingleses, dos espa?oles, dos suecos, un italiano, un dan¨¦s y un norirland¨¦s. No hab¨ªa franceses, pero Par¨ªs se volc¨® con su equipo. La euf¨®rica celebraci¨®n de Jon Rahm tras su triunfo ante Tiger, como si hubiera marcado un gol con su amado Athletic en San Mam¨¦s, define bien ese esp¨ªritu. Este reto lo iniciaron las Islas Brit¨¢nicas, pero en 1979 se ampli¨® a Europa, en tiempos de Seve Ballesteros. Y hoy, en una ¨¦poca en la que el Brexit cuestiona la integridad europea, el deporte es capaz de unir a sus ciudadanos en un sentimiento com¨²n. Digno de estudio.