La estrella sindicalista y goleadora de Dinamarca y las vacaciones de Cristiano
De sindicalista... Christian Eriksen organiz¨® y encabez¨® la renuncia de los internacionales daneses a jugar con su selecci¨®n hasta que no se resolviera la negociaci¨®n que manten¨ªan con la federaci¨®n (DBU) por los derechos de imagen y comerciales. Esa negativa, secundada por la mayor¨ªa, oblig¨® a nombrar tambi¨¦n un seleccionador provisional, John Faxe Jensen, y a completar la convocatoria para el partido amistoso contra Eslovaquia con jugadores internacionales de f¨²tbol sala y futbolistas de la segunda y tercera categor¨ªa del pa¨ªs. El capit¨¢n hizo un comunicado en el que demostraban su intenci¨®n de jugar: "Renovemos el contrato anterior por un mes. Estamos listos para jugar los partidos internacionales de esta semana y luego, tenemos tiempo para negociar el acuerdo completo". La DBU no respondi¨® y los amateurs jugaron y perdieron el amistoso contra Eslovaquia (3-0). Horas despu¨¦s la Federaci¨®n firm¨® ese contrato temporal que defend¨ªa Eriksen.
... a goleador. Tras la tregua, los futbolistas daneses acudieron a la convocatoria para el primer partido de la Liga de Naciones y ganaron a la Gales de Bale con dos goles de... Eriksen. Estos dos goles convierten al centrocampista del Tottenham en el ¨²nico que aguanta el ritmo de Cristiano Ronaldo con su selecci¨®n. El portugu¨¦s lleva 25 goles en sus ¨²ltimos 25 partidos con Portugal y Eriksen, 21 en 25 con Dinamarca.
Vitamina D para Cristiano. Mientras Eriksen marcaba dos goles y se acercaba a la tabla de registros de Cristiano, ¨¦ste descansaba en la Costa Azul con su familia. La estrella de Portugal ha pedido permiso al seleccionador Fernando Santos para no acudir a esta convocatoria de su selecci¨®n y, por lo visto en las fotograf¨ªas que ha colgado en Instagram, necesitaba tomar "vitamina D" y mejor si es la que proporcionan los rayos de sol de Saint-Tropez.
Desprop¨®sitos. El partido Gambia-Argelia (1-1) de clasificaci¨®n para la Copa de ?frica de Naciones fue un c¨²mulo de desprop¨®sitos. El primero fue la afluencia de p¨²blico. En un estadio con aforo para 25.000 personas, entraron 40.000, con gente subida hasta en las torres de iluminaci¨®n. Los argelinos se negaron, en un principio, a saltar al c¨¦sped por miedo a una posible avalancha y el partido comenz¨® con retraso. Despu¨¦s los argelinos tuvieron que escuchar un himno que no era el suyo y, como no ten¨ªan banquillo, tuvieron que improvisar uno con unas vallas publicitarias del campo sent¨¢ndose encima o arrodill¨¢ndose. Un caos.