Sa¨²l, el parteaguas entre dos ¨¦pocas
Del feliz choque de Wembley hemos coincidido todos en destacar m¨¢s que nada el papel de Sa¨²l, tanto por la excelencia de su partido como por lo que significa de parteaguas entre ¨¦pocas. En otros tiempos, un partido as¨ª le hubiera valido un apodo tipo ¡®El Gamo de Dubl¨ªn¡¯ (Ga¨ªnza) o ¡®El Monstruo de Colombes¡¯ (Basora). Hoy ya no se da eso, pero quedar¨¢ en el recuerdo su partido, por lo que signific¨® de ruptura con la parsimonia en que incurr¨ªa a veces el juego de la Selecci¨®n, que con cierta frecuencia se abandonaba demasiado al toque y no miraba a la porter¨ªa. Lo de Rusia fue el colmo de aquello. Sa¨²l atraves¨® l¨ªneas, dispar¨® y marc¨®.
Nada contra el tiqui-taca, conste, s¨®lo que sin Xavi primero ni Iniesta y Silva ahora, ya no pod¨ªa hacerse aquello. Ese juego era posible no s¨®lo por el pie exquisito de los tres (y alguno m¨¢s) sino por su talento singular (sobre todo en Xavi) para escoger cu¨¢ndo ¡®arriesgar sin riesgo¡¯, si me permiten la contradicci¨®n. Diez pases de lado a lado y uno de verdadero peligro, preciso. No perder balones porque s¨ª. Eso, por desgracia, s¨ª les pasa a Thiago y a Isco, parecidos a aquellos, pero no tan seguros. El nuevo medio campo, donde se define el juego, recibe la inyecci¨®n de Sa¨²l, con su ida y vuelta, su br¨ªo y su mirada siempre puesta en la puerta contraria.
Jugador de dinast¨ªa (hijo de Boria, nueve a?os atacante del Elche, y con dos hermanos, Jony y Aar¨®n, futbolistas) tiene lo que llamamos ¡®buen pie¡¯. Iba para estilista y eso lo tiene dentro, s¨®lo que su mili le ha completado. Lleg¨® a ser central durante su cesi¨®n en el Rayo, en Primera, y le han endurecido y disciplinado tantos a?os en la forja de Simeone. Llega a la Selecci¨®n en la edad perfecta para protagonizar este cambio que busca Luis Enrique. Otros jugaron muy bien (singularmente Rodrigo, que con Marcelino ha cuajado en un delantero muy solvente), pero es ¨¦l quien anuncia la nueva l¨ªnea. Elche espera feliz el partido de ma?ana.