Un a?o y un d¨ªa para pasar de triste a inmaculado
No hay jugador que no elogie a su entrenador en p¨²blico. M¨¢s aisladas son las veces en que esa bendici¨®n se reitera ¨ªntegramente en privado. Y eso es lo que est¨¢ sucediendo este verano con el idilio entre Rubi y la plantilla del Espanyol. Un t¨¦cnico que, en apenas un mes de trabajo, de largos entrenamientos y de charlas (muchas individualizadas) ha cambiado por completo el semblante de un equipo que es el mismo del curso pasado. O, mejor dicho, el mismo pero con Borja Iglesias y sin Gerard, Aar¨®n, Navarro, Pau, Jurado... Aquel Espanyol que ¡°no daba para m¨¢s¡± hoy quiere comerse el mundo. Y ha sentado las bases para ello.
Darder, con tres goles y dos asistencias, pero sobre todo liberado de ataduras anteriores, personifica ese cambio de mentalidad, en discurso y en juego, que ya inici¨® Gallego. Lo que ha variado, b¨¢sicamente, es el modo de afrontar el d¨ªa a d¨ªa, los retos, la vida. A Quique el curso pasado no le ficharon lo que le hab¨ªan prometido, pero a estas alturas llevaba media docena de refuerzos y le hab¨ªan mantenido la base que le trajeron el a?o anterior. Y, sin embargo, un 10 de agosto afirm¨® en N¨¢poles que no era feliz. Rubi solo lleva una incorporaci¨®n y se ha quedado sin algunos titulares fijos: un a?o y un d¨ªa despu¨¦s, brind¨® por una pretemporada ¡°inmaculada¡± y quiere ¡°puntos, en plural¡± en Vigo. Si se puede disfrutar, para qu¨¦ sufrir.