?Es m¨¢s caro el mantenimiento de una e-bike?
Por sus caracter¨ªsticas, algunos de los componentes de una bici el¨¦ctrica est¨¢n sometidos a mayores exigencias.
Disfrutar de un veh¨ªculo, cualquiera, no s¨®lo supone un coste de adquisici¨®n, tambi¨¦n se debe considerar?su mantenimiento. Incluso en el supuesto de tener la fortuna de no sufrir aver¨ªas inesperadas, el simple desgaste de sus piezas exige una atenci¨®n peri¨®dica que debemos satisfacer por nuestra tranquilidad y seguridad. Obviamente, las e-bike tampoco son ajenas a esta realidad, de hecho algunas de sus caracter¨ªsticas condicionan la vida ¨²til de determinados componentes.
Vamos a dejar al margen la evidente complicaci¨®n mec¨¢nica que representa el motor el¨¦ctrico, la bater¨ªa y el software que gestiona su funcionamiento. Son particularidades intr¨ªnsecas a su tecnolog¨ªa y debemos asumir los problemas que puedan surgir como el tributo a pagar por las satisfacciones que nos ofrecen. Es un mercado a¨²n joven en Espa?a, pese a lo que todos ya conocemos casos de ciclistas que han tenido que afrontar (en garant¨ªa o fuera de ella) deficiencias en los propulsores, errores en las bater¨ªas, fallos en los cargadores, desconfiguraci¨®n de los programas de uso¡
Mi intenci¨®n (siempre desde la experiencia personal y como simple usuario, no soy mec¨¢nico) es centrarme en aquellos componentes comunes que pueden tener una vida ¨²til diferente a los que se montan en una bicicleta convencional por las caracter¨ªsticas de las e-bike. En mi opini¨®n no es nada preocupante y s¨ª bastante razonable, hablamos en definitiva de consumibles que pueden verse condicionados por el tipo de uso diferenciado que todos damos a las pedelec: m¨¢s potencia, m¨¢s velocidad, m¨¢s necesidad de frenada, m¨¢s tracci¨®n, m¨¢s peso¡
Vayamos por partes y empecemos por la transmisi¨®n. El empuje que una e-bike ejerce sobre todo el sistema equipara a un ciclista dominguero con un campe¨®n de mountain bike¡ Las estupendas sensaciones de aceleraci¨®n o velocidad que obtenemos se traducen, inevitablemente, en una mayor exigencia para todo el sistema, pero de forma muy especial para la cadena. En mi caso, a los 1.500 kil¨®metros de uso se hizo necesaria su sustituci¨®n, me pareci¨® que era lo mejor para evitar que su deterioro terminara afectando al resto de la transmisi¨®n, cuya reposici¨®n es bastante m¨¢s cara. Un buen mantenimiento minimizar¨¢ los efectos del desgaste, algo tan simple como limpieza y engrase de cada componente con la frecuencia que exijan las circunstancias de uso.
Las pastillas de frenos?es el otro componente que tengo la impresi¨®n de que soporta peor la ca?a que se le puede dar con una pedelec. Por dos motivos bastante obvios: el mayor peso del conjunto y la velocidad superior a la que se rueda en el mismo terreno respecto a una bici convencional. No tanto en descensos, ah¨ª el ritmo depende de la pericia y el arrojo del ciclista, como en recorridos revirados con constantes aceleraciones y frenadas: se suele llegar a las curvas m¨¢s r¨¢pido y, por tanto, hay que frenar algo m¨¢s¡ y adem¨¢s con m¨¢s kilos.
Por ¨²ltimo, me ha sorprendido la forma en la que una bici el¨¦ctrica puede devastar los neum¨¢ticos, por supuesto en mayor medida el trasero. Motricidad descomunal en cada pedalada y apoyos con mucho peso en la rueda delantera (e insisto en que casi siempre a mayor velocidad). Y no soy, ya lo he comentado, lo que se dice un m¨¢quina, un ciclista agresivo o extremo, m¨¢s bien lo contrario. Como en los puntos anteriores, asumo que gastar m¨¢s goma que con mi bici convencional es un peaje asumible para que el disfrute sea proporcionalmente superior. ?Y qui¨¦n renuncia a ello por unos cuantos euros m¨¢s al a?o?