Los excesos de comida durante el Mundial y el comentarista en la c¨¢rcel
Obesidad. Hay quien est¨¢ dispuesto a todo para ir a ver a su selecci¨®n en un Mundial, incluso hasta poner en peligro su salud. El peruano Miguel F. no pudo conseguir entradas normales para ver el debut de Per¨² 36 a?os despu¨¦s de su ¨²ltima aventura mundialista, pero ten¨ªa un plan B. Compr¨® entradas en asientos para personas con movilidad reducida y engord¨® 25 kilos en tres meses para obtener el certificado de persona con obesidad m¨®rbida. La derrota ante Dinamarca seguro que le sent¨® peor que toda la comida que ingiri¨® estos meses.
Picoteo. Y es que un Mundial sin una cerveza o un refresco en la mano y algo que llevarse a la boca en la otra no es lo mismo. En M¨¦xico, la Alianza Nacional de Peque?os Comerciantes ha calculado que cada familia mexicana gastar¨¢ por lo menos 68 d¨®lares (cerca de 60 euros) en tacos y cerveza para ver los partidos del Mundial en casa frente al televisor, en especial si juega M¨¦xico.
Comentarista inesperado. Desde Cervantes hasta nuestros d¨ªas se han escrito grandes obras literarias desde la c¨¢rcel. El expresidente de Brasil Lula da Silva es un poco m¨¢s modesto y se conforma con ser comentarista deportivo del canal brasile?o TVT y la radio Brasil Actual. Lula, en prisi¨®n desde abril por delitos de corrupci¨®n, se comunica con los medios a trav¨¦s de Whatsapp y los conductores de cada retransmisi¨®n leen en directo sus mensajes mientras se emiten los partidos del Mundial. Todo sea por mejorar el show.
T¨®pico. Se conoce como efecto ORE (efecto de otras razas en sus siglas en ingl¨¦s) a la poca capacidad que tiene una raza para diferenciar a miembros de otra que no sea la suya. El ejemplo m¨¢s conocido es el t¨®pico de pensar que todos los asi¨¢ticos son iguales. El seleccionador coreano Shin Tae-Yong debe conocer a la perfecci¨®n esta impresi¨®n cognitiva, si no, no se explica que en los entrenamientos de Corea del Sur le cambie los dorsales a sus jugadores para despistar a los ojeadores rivales.