Sobre la personalidad de De Gea
La confianza que Hierro y sus compa?eros le dan a De Gea es comprensible y razonable. Sustituir al guardameta a las primeras de cambio ser¨ªa otro peque?o terremoto en el equipo y no est¨¢ la cosa para m¨¢s movidas. Pero el seleccionador y el grupo tienen que recibir algo a cambio: un paso adelante del portero. De Gea no es un novato, va a cumplir veintiocho a?os, lleva siete temporadas en la Premier, treinta partidos con Espa?a y, a veces, parece que le falta personalidad en el campo. Hay quien dice que es su forma de ser, algo fr¨ªa y distante, la que le impide contagiar con la grada. No es un portero que mande, que tenga firme a su defensa, que imponga su presencia en el ¨¢rea. En los balones colgados sufre ¨¦l y sufrimos todos. A De Gea le cuesta mucho dominar ese espacio a¨¦reo que otros porteros cierran con cierta facilidad, como si ese cuerpo estilizado no estuviera c¨®modo entre el bosque de tipos rudos que se pegan por llegar con su cabeza a la pelota.
Otra cosa que no aporta tranquilidad es su dificultad para atrapar el bal¨®n, ¨¦l es m¨¢s de rechazar y dif¨ªcilmente se le ve embolsar la pelota en los disparos lejanos. Indudablemente los rivales le van a probar siempre que tengan la m¨¢s m¨ªnima oportunidad, ya lo saben. No todo va a ser incertidumbre, sus reflejos bajo palos son excelentes y saca balones que son imposibles para otros porteros. Pero, por encima de cualidades t¨¦cnicas, queremos ver a De Gea seguro, mand¨®n y confiado. Es lo que todos deseamos, que esa seguridad desde la porter¨ªa haga crecer todav¨ªa m¨¢s a la Selecci¨®n espa?ola.