Froome: un valiente con asterisco
En la v¨ªspera del tr¨ªptico final de los Alpes titul¨¦ mi columna: ¡®El Giro de Italia busca valientes¡¯. A esas alturas, las cr¨®nicas ya daban vencedor a un s¨®lido Simon Yates, que no hab¨ªa mostrado fisuras. Advert¨ª en ese texto que, si bien refrendaba su etiqueta de favorito, todav¨ªa hab¨ªa terreno para un vuelco. El jueves, en Prato Nevoso, Yates exhibi¨® debilidades. Y al d¨ªa siguiente revent¨®. Ganar una gran ronda no es f¨¢cil. Tienes que conocer tu cuerpo, ser capaz de dosificar, saber sufrir¡ Su hundimiento me record¨® al de Cadel Evans en el Giro de 2002. El australiano tom¨® buena nota de aquella crisis y termin¨® su carrera como ganador de un Tour. Juli¨¢n Gorospe, que pas¨® por una experiencia similar en la Vuelta de 1983, no luch¨® m¨¢s por las generales. Yates ser¨¢ Evans o ser¨¢ Gorospe en el futuro. Ah¨ª tiene el aprendizaje.
Aquel revent¨®n de Gorospe fue provocado por un?ataque de Bernard Hinault. La historia de este Giro tambi¨¦n se escribe con el orgullo de otro campe¨®n: Chris Froome. Su ¨®rdago a 80 kil¨®metros de la meta es uno de los episodios m¨¢s ¨¦picos de los ¨²ltimos a?os, aderezado con tintes de otros tiempos, esa tierra en las rampas de la Finestre, ciclismo en blanco en negro. Y una cabalgada a lo Fausto Coppi: hacia arriba, hacia abajo y en el llano. Siempre a m¨¢s. Hac¨ªa falta un valiente y la Corsa Rosa lo destap¨® en la figura del m¨¢s laureado, que ya hab¨ªa dado otro muletazo magistral en el Zoncolan. S¨®lo hay una sombra alargada que amenaza este goce. Froome corre con un asterisco donde pone: ¡®Pendiente de resoluci¨®n¡¯. Su positivo con salbutamol puede acabar con su ¨²ltima proeza. Dumoulin a¨²n no ha perdido el Giro 2018.